Opinión
Elección de Gobernadores Regionales: Requisitos para una mejor gobernanza territorial.
Dr. Patricio Vergara
Vicepresidente
Fundación Chile Descentralizado… Desarrollado
Mayo, 2016.
La histórica sesión del Senado del 1º de marzo de 2016 que aprobó la idea de legislar sobre la elección de los gobernadores regionales ha puesto sobre el tapete público el carácter sistémico de la descentralización.
No pocos fueron los senadores que hicieron ver que sería contraproducente tener gobernadores regionales electos por la ciudadanía sin disponer, previamente, de claridad respecto de sus competencias administrativas y sus capacidades financieras.
A ello debe agregarse dos ámbitos de la máxima importancia, en los que debemos avanzar desde ya, si queremos que la descentralización política alcance su máxima eficacia para el desarrollo regional: a) avanzar en el control democrático y la participación territorial; y b) fortalecer las capacidades humanas, físicas e institucionales para una mejor gobernanza territorial.
Nuestros legisladores y el Ejecutivo tendrán, entonces, la oportunidad (y necesidad) de elaborar una institucionalidad y sistema de incentivos más integral acorde con las enseñanzas más recientes sobre como se generan los procesos de desarrollo en el territorio. Una emergencia sistémica para Sergio Boisier o el efecto sinergético de la interacción de determinadas fuerzas del desarrollo, para Antonio Vázquez Barquero. Seguir pensando (y legislando) linealmente en el complejo siglo XXI es un camino seguro hacia el fracaso y la ineficiencia.
Ese es el punto clave: la descentralización no es un fin en si misma sino un medio para alcanzar una mejor calidad de vida de los ciudadanos de las regiones. De forma que ese debe ser el marco de análisis adecuado de la nueva institucionalidad. Uno de los principales legados de la Comisión Asesora Presidencial en Descentralización y Desarrollo Regional ha sido aplicar ese enfoque sistémico al proceso de desarrollo regional y sugerir una marco integral temporalizado para la puesta en marcha de las respectivas políticas y acciones gubernamentales y societales.
Por todo ello sería un profundo error creer que las leyes (como la elección democrática de los nuevos Gobernadores Regionales, en trámite) por sí solas van a generar una descentralización efectiva y eficiente (ya experimentamos las limitaciones de la elección popular de los COREs). Por el contrario, cualquier política pública en materia de descentralización que sea parcial y no se articule con esfuerzos en los otros ámbitos o es ingenua o simplemente arriesga la legitimidad del proceso descentralizador.
Es imprescindible que, desde ya, se generen las condiciones para asegurar que la primera elección democrática de los gobernadores regionales mejore (y no empeore) la gobernanza de nuestras regiones. Especial consideración y apoyo deben tener desde el gobierno nacional aquellas regiones que registran severos problemas de masa crítica para el desarrollo, elevada conflictividad entre sus actores territoriales y una dependencia endémica del Estado.