La descentralización y desafíos más allá del 04/09

Por José Viacava Gatica. Cientista Político. Académico y Coordinador del Grupo en Descentralización de la Facultad de Gobierno. Universidad de Chile

Hace unos días, Chile cumplió un año con gobernadores/as regionales en el ejercicio de sus plenas funciones. No ha sido una tarea fácil, mucho menos rápida.

A los inconvenientes en la implementación de las reformas descentralizadoras durante la administración anterior de gobierno, debemos sumar los efectos que ha generado una escasa flexibilidad en la ejecución del presupuesto regional; un insuficiente número de funcionarios/as en los Gobiernos Regionales para cumplir la tarea de liderar el desarrollo económico, social y cultural de los territorios, así como una débil cooperación intersectorial para avanzar de forma más decidida en la implementación de las nuevas competencias transferibles.

Sin embargo, la gestión pública debe continuar. Este año, el primer desafío será gastar todo el presupuesto con el que cuentan los Gobiernos Regionales porque la subejecución de los programas de inversión (que ha venido en aumento en el último tiempo y que hasta ahora podemos estimar que continúa situándose por debajo del promedio) será utilizado como un poderoso argumento que algunos sectores desplegarán para cuestionar el avance de este proceso en su primer año de régimen.

En segundo lugar, las nuevas autoridades regionales tendrán que ser minuciosas en la elaboración de solicitudes para las competencias que podrían iniciar el procedimiento contemplado en la ley. Parece una oportunidad el Foro para la Descentralización, lugar de encuentro entre autoridades subnacionales y sectoriales, quienes en el plazo de los próximos 50 días tendrán que identificar competencias transversales a ser analizadas por el Comité Interministerial encargado. Con una propuesta metodológica en pleno despliegue, los actores se encuentran recabando información valiosa para conocer con exactitud de qué hablamos cuando nos referimos a una facultad, atributo o capacidad institucional (recursos, infraestructura, equipamiento, temporalidad de ejecución, etc). La expectación no puede ser derrotada por la frustración si es que los servicios nacionales desatienden que la generosidad supone la transferencia de poder en el ámbito de actuación de sus ejes estratégicos y programáticos.

Finalmente, el proceso descentralizador no inicia o termina con el plebiscito del 04 de septiembre. Sin lugar a duda, en el acápite sobre Forma de Estado la propuesta de nuevo texto constitucional exhibe definiciones interesantes que desafían la rigidez de actuación administrativa y fiscal en el que han actuado los gobiernos regionales y locales. Pero, tampoco su -eventual- aprobación consumará al día siguiente cambios enormes y radicales. La experiencia comparada nos enseña que este tipo de ciclos son de un lento dinamismo y con muchos vaivenes. Lo relevante sería comprender que el proceso en marcha es un imperativo de Estado, con un camino que ya se ha iniciado y que podrá enriquecerse con la voluntad de todos los actores.

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