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La descentralización y la focalización de recursos, la base de Chile para lograr un mejor resultado en Tokio 2020
Equipo de Deportes Vienen cambios. La opaca presentación nacional en los Juegos Olímpicos de Río empezó a reestructurar los lineamientos del Plan Olímpico chileno hacia Tokio 2020.
La primera idea, imitando uno de los lineamientos que han cimentado el reciente éxito colombiano, es mejorar el trabajo deportivo en las regiones. La actuación del tirador Ricardo Soto, formado en un campo de entrenamiento en Arica, potenció este pensamiento.
Por esto, los Juegos Deportivos Nacionales, instancia creada con el fin de reunir a los mejores deportistas del país y proyectarlos en el alto rendimiento, tendrán su tercera edición en Bío Bío en mayo de 2017, en un esfuerzo principalmente direccionado en lograr una articulación regional, lo que sería recién la base para un plan de proyección hacia la cita nipona.
Baltazar Medina, presidente del Comité Olímpico Colombiano, explica la «receta» que le ha dado frutos a su país. «La clave está en tener un trabajo en conjunto entre el Estado, la vinculación de la empresa privada y una descentralización a nivel regional. El Coldeportes en Colombia, equivalente al Ministerio del Deporte en Chile, inició este trabajo hace más de dos décadas, lo que potenció la búsqueda de talentos en las regiones por parte de entrenadores de nivel, que tuvieron el ojo para seleccionarlos».
Otra característica fundamental del plan colombiano fue la priorización de los deportes. «El error hasta antes de Atlanta 1996, donde fracasamos, era ese: querer abarcar todo. Nos dimos cuenta de que había que elegir deportes», agrega.
Esta idea es vista con buenos ojos por Marcelo Ubal, jefe del Plan Olímpico: «La asignación de recursos hoy tiene un componente técnico mucho más específico que antes, se apoya más a deportes estratégicos. Eso quizás molesta a algunas federaciones, pero si queremos enfocar estos recursos, tenemos que hacer lo mismo que Argentina y Colombia, que se concentraron en algunos deportes», explica.
«Estos países nos han dicho que vamos por el camino correcto. Ellos lo hicieron de la misma manera y al principio les costó. No es inmediato», cierra Ubal.
Pablo Squella, ex atleta y presidente de la Comisión Nacional Antidopaje, piensa de la misma manera. «Se debiera focalizar los recursos, siempre escasos, en solo algunas disciplinas. Creo que Chile no está capacitado para apoyar igualitariamente a 40 deportes a la vez», afirma.
-¿A qué deportes debiera privilegiarse en el próximo ciclo olímpico?
«Yo priorizaría los recursos en el remo y los deportes de combate: el karate, taekwondo, la lucha y el boxeo. También en el atletismo y el golf. Creo que así, tendremos más de un par de medallas, con seguridad», cree Squella.
»Nuestra apuesta es llevar a Tokio un deporte colectivo, que puede ser el hockey césped, el vóleibol o el balonmano, que han mostrado que son competitivos y que estuvieron cerca de clasificar en esta edición».
MARCELO UBAL, secretario ejecutivo del IND.
»En la idea de querer ayudar a todos por igual, es muy difícil obtener resultados. Se debe priorizar».
BALTAZAR MEDINA, presidente del Comité Olímpico colombiano
Rapa Nui quiere su oportunidad«Isla de Pascua es la gran cantera de los deportes de fuerza del país. En Chile no existen tipos de la envergadura física ni de la tolerancia al dolor que tiene la gente Rapa Nui», afirma Carlos Morandé, encargado de proyectos y planificación de la corporación de deportes de la zona, quien pide que las autoridades consideren su potencial para el próximo ciclo olímpico.
«El biotipo isleño es de contextura gruesa, con gente muy atlética. El promedio de estatura de los hombres es 1,80 metros, pesan en promedio 90 kilos y no tienen más allá de un 12% de grasa. Es tierra de lanzadores. A la isla hay que traer la halterofilia, el judo y la bala, los deportes de fuerza», añade.
¿Qué falta? «Que se acerquen las federaciones, que crean en nosotros y que nos manden entrenadores. Necesitamos la expertise técnica», remata Morandé.
El fútbol no se proyectaMientras la Roja luce con orgullo el bicampeonato de América, el fútbol chileno no estuvo ni cerca de clasificar a Río 2016, pues la selección sub 20 en 2015 quedó eliminada en primera ronda del sudamericano de la categoría, que daba dos cupos a los Juegos Olímpicos.
En la ANFP asumen la deuda, pero al mismo tiempo explican: «Nuestro problema es estructural. Primero debemos cambiar el sistema de torneo. Una vez que resolvamos eso, veremos cómo proyectarnos», dice Luis Ahumada, jefe de las series menores del fútbol criollo.
-¿Es decir, no hay proyecto para clasificar a los Juegos?
«Así como proyecto con esa meta objetiva, no», responde Ahumada. Si la Conmebol mantiene su sistema actual, los boletos se definirían en el Sudamericano Sub 20 de 2019.