Opinión
Magallanes y proceso constituyente
Desde que el gobierno tuviera que abrirse a dar paso a un proceso constituyente para generar una nueva Carta Fundamental en Chile, se generaron negociaciones al interior del Congreso para definir aspectos esenciales del mismo.
Por lo pronto, ya se fijó que el plebiscito se realizará el 26 de abril del próximo año. Allí la ciudadanía votará si quiere una nueva Constitución y, a la vez, elegirá el mecanismo que le parece más adecuado para dar curso a este trabajo.
La alternativa que ofrecerá este referéndum es convención constituyente integrada en un cien por ciento por delegados elegidos en octubre de 2020 o una convención mixta, que sea conformada en un cincuenta por ciento por delegados electos democráticamente y la otra mitad compuesta por parlamentarios.
Empero, el comité técnico que llegó a éstos y otros acuerdos dejó sin resolver materias que son relevantes como la paridad de género, la representación de los pueblos originarios y la participación de los independientes.
Directa e indirectamente relacionado con estas tres materias aún no esclarecidas está la representación de las regiones en este proceso.
Ya se ha advertido que regiones como Magallanes tendrán un peso mínimo, pues, hasta el momento, se vislumbra que participará con tres representantes de entre 157 asambleístas.
Una vez más, no se aprecia un real ánimo de descentralizar las decisiones que son relevantes en Chile, como lo es determinar qué Constitución quieren los chilenos que rijan los destinos de nuestro país. En el proceso constituyente tiene que haber una real representación de los actores regionales, los que pueden aportar un conjunto de aprendizajes y desafíos.