Opinión
Las universidades regionales frente al nuevo ciclo político
Por Claudio Rojas Miño
En los próximos meses la ciudadanía deberá elegir un nuevo presidente o presidenta de la República, la totalidad de los integrantes de la Cámara Baja y la mitad del Senado. Esta justa electoral es muy relevante, en especial las campañas presidenciales, pues da lugar a debates sobre los programas y proyectos que se plantea ejecutar, cuando se inicie un nuevo ciclo político en marzo 2026.
Las universidades regionales cubren una gran diversidad de áreas del desarrollo y por esto debieran ser objeto de especial atención cuando se busca diseñar el futuro del país. En efecto, ellas forman profesionales con capacidades técnicas y valores que nutren a las entidades públicas y privadas responsables de impulsar el desarrollo social y productivo a nivel regional y local.
Protagonismo de las universidades regionales
Sus diplomados, programas de magister, doctorados y especialidades médicas, preparan a personas altamente calificadas que hacen más atractiva y con posibilidades concretas de una mejor calidad de vida regional, atrayendo y reteniendo talentos; aportando conocimiento y una masa crítica integral para el proceso de desarrollo.
Son las principales entidades que han construido laboratorios, y sus centros de investigación realizan estudios pertinentes a los desafíos que enfrenta cada región.
Chile es potencia minera, agroalimentaria, forestal, acuícola, energética y en estos y otros rubros nuestras instituciones han contribuido conformando complejos científicos tecnológicos aterrizados a las realidades locales. A esto, se agregan niveles de excelencia en la generación de conocimientos en otras áreas como salud, educación, vivienda, interculturalidad, patrimonio, cambio climático y astronomía.
En el ámbito del arte y cultura, las universidades regionales son, en varios casos, la principal y a veces única institución que cuenta con equipos estables y programas de extensión que procuran llegar a todos los rincones de sus territorios. En efecto, ellas cuentan con radios y canales de TV, elencos de música, coros, orquestas juveniles y compañías de teatro. Asimismo, interactúan con pueblos originarios, población inmigrante y colectivos del arte.