Opinión
Desafío de las Universidades Regionales en la nueva etapa del Proceso Descentralizador de Chile
Por Heinrich von Baer v.L., académico del Instituto de Desarrollo Local y Regional (IDER) de la Universidad de La Frontera y presidente nacional de la Fundación Chile Descentralizado… Desarrollado.
Por naturaleza, Chile no es un país pobre, pero es el más centralizado de América Latina y de la OCDE. En contraste, dispone de una gran diversidad de potencialidades latentes en sus regiones, notoriamente subutilizadas para abrir más y mejores oportunidades de desarrollo, para todos los habitantes, en todas las comunidades y territorios del país.
La segunda convocatoria de la Agrupación de Universidades Regionales (AUR) al premio “Rector Hilario Hernández” coincide con un hecho histórico de grandes proyecciones para el desarrollo de nuestras regiones: la reciente aprobación de la reforma constitucional que instituye la elección democrática de los Gobernadores Regionales por la ciudadanía, en reemplazo de la disfuncional figura institucional de los Intendentes designados. Bien implementado, este trascendente cambio del modelo vigente de organización territorial de nuestro Estado, “obsoleto” según el constitucionalista José Luis Cea, abrirá mayores competencias y recursos de decisión autónoma y por ende mayores oportunidades de desarrollo a las municipalidades y los gobiernos regionales, en beneficio de sus respectivas comunidades, territorios e instituciones, incluidas las universidades.
El desafío: preparar a las regiones para el nuevo escenario de Gobernadores Regionales electos
En consecuencia, es imperativo que cada uno de los actores del desarrollo, sean públicos, privados, académicos o sociales, nos prepararemos desde ahora, con decisión y en todos los niveles (local, regional, nacional) para el nuevo escenario de Gobernadores Regionales electos y de la puesta en práctica de la ley de traspaso de competencias. Más que esperar esa histórica primera elección, que se realizará en octubre de 2020 en forma simultánea a las próximas elecciones municipales, eso significa sumar desde ya voluntades y capacidades de todas las organizaciones, para generar con antelación las condiciones políticas, institucionales y materiales, así como el espíritu de confianza y colaboración requeridos para la buena gobernanza y el desarrollo de cada uno de los territorios del país.
Una debilidad: la falta de compromiso de las élites regionales con el avance del proceso
Diversas evidencias empíricas y algunos estudios (PNUD) a ser publicados próximamente, revelan una severa carencia de las élites de las regiones (políticas, empresariales, académicas, sociales) para sumarse con decisión movilizadora a los desafíos del proceso descentralizador y de desarrollo local/regional iniciado en el país. En efecto, esos datos revelan que existe una brecha entre las demandas descentralizadoras de las élites y su compromiso efectivo para aportar de un modo más decidido al contenido y real avance del proceso de descentralización y desarrollo territorial. Además de restar fuerza y credibilidad a esas manifestaciones regionales, dicha debilidad arriesga debilitar la deseable reactivación, continuidad, perfeccionamiento y proyección futura del esfuerzo descentralizador, tan necesario para superar la pobreza y alcanzar el deseado desarrollo en todo el territorio nacional.
El rol protagónico de las universidades regionales
En ese escenario, es indispensable que las universidades, en particular aquellas de ubicación y vocación regional, asuman desde ahora mismo un rol protagónico. Además de cumplir su quehacer tradicional, eso significa asumir a su entorno natural, social y productivo como gran laboratorio de referencia, aportando en cada una de sus funciones esenciales al desarrollo de sus respectivas comunidades humanas, especialmente aquellas más vulnerables. Ello agregará significado y valor a su producción académica y puede realizarse mediante iniciativas de diferente índole, tales como:
Generando conocimiento de calidad y pertinente a las oportunidades y problemas de desarrollo de las comunidades del entorno regional, construido en forma participativa, con esfuerzos y beneficios compartidos, para las comunidades y para la producción verificable de los grupos académicos involucrados.
Creando “Centros de Pensamiento Estratégico Regional” (think tank regionales) en colaboración con los Consejos Regionales, las municipalidades y las principales organizaciones empresariales y sociales de la región. Estos centros deberán tener carácter, gobernanza y financiamiento interinstitucional, condiciones necesarias para el cumplimiento de la principal misión de estos centros: construir propuestas de proyectos políticos de desarrollo para cada región, con mirada prospectiva y responsabilidad de Estado, capaces de proyectarse con horizontes más allá de los ciclos electorales de nivel municipal, regional y nacional.
Generando espacios para generar y fortalecer liderazgos para las tareas de desarrollo en los espacios locales y regionales, mediante actividades (talleres, seminarios, coloquios) compartidos con actuales y potenciales líderes políticos, empresariales, sociales y de los medios de comunicación.
Contribuyendo a la creación de Sistemas Regionales de Gestión de Capital Humano, Ciencia, Tecnología e Innovación, dotados de las políticas, instrumentos y recursos requeridos para fortalecer las capacidades de generar y aplicar conocimiento propio y pertinente. En este marco, es prioritario crear incentivos para atraer y retener talentos, sean estos técnicos, profesionales o postgraduados, debidamente calificados y motivados para sumarse con iniciativas al desarrollo de sus respectivas comunidades y territorios.
Asumiendo institucionalmente a la vinculación con el medio como tercera función esencial de la universidad.Entre otros, eso significa instituir instancias institucionales estables, de carácter horizontal y bidireccional, en base a esfuerzos y beneficios compartidos con los principales protagonistas del desarrollo local y regional. Bien asumido, ello a su vez retroalimentará la calidad y pertinencia de las otras dos funciones académicas esenciales: la docencia y la investigación.
La proyección del legado del rector Hilario Hernández
En síntesis, de lo que se trata es de ir generando en cada región comunidades políticas, académicas y sociales, en torno a una visión y objetivos compartidos por todos los actores del desarrollo regional. Esa dinámica de convergencias y espíritu constructivo puede inspirarse en ejemplos señeros de personalidades del ámbito académico, público, empresarial y social. Ellos han sembrado futuro y perseverado en cambios relevantes, abriendo espacios que ahora requieren ampliarse y consolidarse con impulsos y contenidos innovadores.
Este el ejemplo, por excelencia, de Hilario Hernández, recordado y querido exRector de la Universidad del BíoBío, por su trayectoria de maestro, formador de generaciones, sabiduría y compromiso regional. Honrar su memoria, identificar, reconocer y difundir otras trayectorias de mérito del ámbito tanto académico como público, constituye el objetivo trascendente que se ha propuesto la Agrupación de las 22 Universidades Regionales, AUR, al instituir y nuevamente convocar al premio “Rector Hilario Hernández”.
Fuente: http://heureka-online.com/destacado/versiones-heureka-destacado/la-independencia-chile