Opinión
El desafío de tener Gobiernos Regionales y Locales más Descentralizados, por el bien de la gente, el territorio y sus empresas.
Por Ismael Toloza Bravo
Acaba de salir publicado un informe CEPAL (Agosto, 20924), denominado “Financiamiento e Institucionalidad de las Política de Desarrollo Productivo del nivel Regional en Chile”, que si bien es cierto hace un análisis del presupuesto de inversión regional de los años 2018 y 2019, lo relevante del documento es que evidencia algunos factores estructurales que constituyen oportunidades de mejora para avanzar en la construcción de gobiernos regionales y locales más descentralizados.
Lo anterior es importante, producto que – aunque algunos lo nieguen- dotar de competencias a la institucionalidad regional y local, para detectar, diseñar e implementar respuestas a problemas, desde instancias más cercanas a donde se produce la necesidad; Eficienta la ejecución del gasto público, producto que dicha respuesta es más oportuna, pertinente y focalizada.
En consecuencia, fortalecer competencias regionales y locales, ayuda a cumplir de mejor manera los apoyos, asesorías y acompañamientos a la micro, pequeña y mediana empresa regional y local, si es que hablamos de políticas de fomento y desarrollo productivo.
¿Cuáles son aquellos factores que constituyen oportunidades de mejora?. Según el informe CEPAL, un primer elemento, es la asimetría de capital humano calificado que existe en la dotación de organismo públicos centrales con presencia regional (CORFO, INDAP, SERCOTEC y SENCE) que corresponde a 45 veces más que la dotación en fomento de los Gobiernos Regionales (DIFOI). No obstante lo anterior, es necesario señalar que más que igualar la dotación, lo relevante, factible y deseable, es aumentar la capacidad de “incidir” de la institucionalidad sub nacional en la ejecución del gasto de dichos organismos públicos centrales con presencia regional. Es decir, tener la capacidad de señalar ¿Qué instrumentos se necesitan?, en ¿Qué cantidad?, con ¿Qué adaptaciones?, orientado a ¿Qué segmento?, y focalizado en ¿Qué territorio?. Y que estos organismos públicos estén obligados a ejecutar con dichos criterios, al menos un porcentaje importante de su gasto anual.
Para lo anterior, se requiere abordar otro desafío relevante, y es, generar capacidad regional para la construcción de información sub nacional para la toma de decisiones, es decir, apostar a construir “inteligencia regional” para construir demanda basada en evidencia.
De la misma manera, es importante mejorar la precisión de los instrumentos de planificación, como las Estrategia Regionales de Desarrollo, o el diseño de Planes de Desarrollo Territorial co-construidos participativamente, y legitimados por gobernanzas representativas, capaces de sustentar grandes consensos, transformados en demandas territoriales, que interpelen, orienten y transformen el actual modelo de ejecución presupuestaria basada en la oferta de instrumentos planes y programas, que actúan como un menú por servicio, con fechas de concurso y ventanillas abiertas.
Esta transición es urgente y necesaria, producto que el actual modelo, donde cada comuna postula de forma individual a los recursos públicos, termina por aumentar la brecha y el rezago entre municipios grandes y chicos, rurales y urbanos, ya que unos tienen capacidad profesional para postular proyecto y acceder a fondos, y otros, cuya dotación es precaria no lo tienen, y que lamentablemente coinciden con aquellos de mayor rezago social y económico.