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El rol de las regiones en una futura Constitución
Partidos políticos, académicos y organizaciones entregan sus posturas de cómo la nueva carta fundamental pueda entregar mayor independencia y alejar al centralismo que tanto ahoga a todo lo que no sea Santiago.
Y desde algunos movimientos han encontrado la oportunidad perfecta para dar a las regiones la necesaria independencia que no ha podido ser lograda, en particular, desde el retorno de la democracia, y que a pesar de las iniciativas de descentralización que se han aprobado en los últimos gobiernos, aún dependen del nivel central.
Así, por ejemplo, la Ley de Descentralización tiene tres aristas: elección de gobernadores regionales, traspaso de competencias (a través de la creación de nuevas divisiones en los gobiernos regionales) y rentas regionales.
De las tres, sólo las dos primeras se encuentras promulgadas y en proceso de implementación. De hecho, en abril del próximo se realizará la primera elección de gobernadores y con ella la figura del intendente ya no existirá. Se creará, además, la figura del delegado presidencial a cargo de las materias de gobierno interior.
Oportunidad única
Un eventual cambio a la carta fundamental asoma como la opción de que la autonomía regionales pueda quedar regulada y no depender de los gobiernos de turno.
El académico y presidente nacional de la Fundación Chile Descentralizado, Heinrich von Baer, considera que el proceso constituyente es la oportunidad para construir un país descentralizado y con perspectiva de región. “Esto abre una inédita oportunidad y responsabilidad histórica a nuestras regiones. Eso significa organizarnos, más allá de legítimas diferencias, para pensar el Chile que queremos”, opinó.
Von Baer adelantó que trabajarán en un equipo multidisciplinario de 24 personalidades para elaborar propuestas constitucionales en dos dimensiones altamente independientes: “Descentralización y Participación, las que ofreceremos al conocimiento y debate ciudadano, y de todas las candidaturas de los futuros Convencionales Constituyentes”.
La académica de la Universidad de Concepción (UdeC) e integrante de la red “No sin mujeres”, Jeanne Simon, dijo que “el reconocimiento de un Estado descentralizado permite asignar mayores atribuciones al nivel regional, territorial y local. No será independencia completa, pero sí permite generar procesos más colaborativos en los territorios y así generar políticas regionales más adaptadas a las diferencias territoriales”.
Simon apuntó a la regulación en temas indígenas. “En la Región de Bío Bío, se puede imaginar la limitación al monocultivo cerca a áreas de desarrollo indígena”, sostuvo.
Mirar al extranjero
Desde el Centro de Estudios Creasur, su presidente, Esteban Valenzuela, comentó que debemos mirar modelos de estados federados como Argentina, Perú o Colombia y rescatar sus mejores elementos y aplicarlos en el país.
“Hay países pequeños que logran una autonomía como Bélgica, Suiza, los países Escandinavos y son modelos positivos para Chile. Argentina tiene algunas partes, pero es respetable, Perú y Colombia igual son modelos que podemos combinar. Hay autonomía en la planificación del territorio agrícola, pueden crear sus propias empresas públicas y definir sus tributos”, manifestó.
Desde Corbiobío consideran que se debe definir el rol que se quiere para las regiones y comenzar a trabajar en macrorregiones. “Las macrorregiones son la perspectiva que debemos seguir, el fraccionar las regiones es seguir potenciando el centralismo del poder económico y político de Santiago. Un ejemplo de esto es la pérdida enorme de peso político con la división de la Región”, comentó el director de corporación, Andrés Cruz.
En tanto, Patricio Fierro, presidente del PS y vocero de los partidos de la oposición en el Bío Bío, comentó que el debate constitucional “es un espacio que permite a las regiones que puedan proponer armonía con las distintas realidades. En la Constitución se reconocen las diferencias que existen en cada región y cómo se logra eso, es una discusión en la que estamos trabajando”.