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Entrevista a Juan Andrés Varas Braun, miembro de la Mesa Técnica convocada por el Gobierno para mejorar ley de descentralización
Por Jaime Gré, periodista, Director de Comunicaciones Fundación Chile Descentralizado.
Juan Andrés Varas se autodefine como una especie rara producto de haber sido criado y educado en Santiago, pero haber hecho todo su vida profesional, académica y política en regiones, especialmente en Valdivia. Eso, nos dice: “me da una mirada distinta a la del santiaguino puro y duro, que nunca ha vivido en regiones, pero también distinta del regionalista tradicional”
De su vasta trayectoria podemos destacar que es abogado, Doctor en Derecho, Decano de Derecho Universidad Austral de Chile, integrante Consejo de Concesiones MOP, abogado Integrante Corte de Apelaciones de Valdivia, ex Intendente en Piñera 1, ex Integrante comisión asesora presidencia sobre descentralización en Bachelet 2 (2014), y ex Secretario General Universidad Austral de Chile.
Y ahora es miembro de la Mesa Técnica convocada por el gobierno para mejorar la actual ley de descentralización. Esta mesa comenzó a funcionar el lunes 08 de julio con un plazo de 60 días para evacuar su informe al Presidente de la República. Es presidida por el Subsecretario SUBDERE, y tiene como misión entregar insumos y recomendaciones al Presidente para elaborar una ley corta que mejore la ley actual.
¿Qué impresión tiene de las cinco reuniones de la Mesa Técnica Presidencial?
– El trabajo de la mesa ha sido un trabajo positivo en el sentido que ha habido un ánimo colaborativo con mucho más acuerdos y consensos de lo que se pensaba inicialmente. Hay gente muy valiosa trabajando en ella, gente que aporta experiencia desde la academia, desde la política regional y municipal, y de la administración sectorial. Por ello, hasta el momento mi aproximación es muy positiva.
Hay temas que se sabe que están abordando, como es el de la relación entre el futuro gobernador regional y el delegado presidencial, especialmente sobre los temas de coordinación y resolución de diferencias.
– Diría que hay que entender que lo que estamos haciendo es comenzar un proceso. Por ello, yo creo que es muy equivocada la idea que algunos tienen de producir legislativamente una regulación acabada que simplemente comience a operar en octubre de 2020. Eso no tiene ni realismo político ni posibilidad técnica de hacerse. Soy de la opinión que la elección de gobernadores regionales producirá un piso mínimo desde el cual comience a gatillarse un proceso más incisivo y más agudo de descentralización efectiva, el que va a estar liderado naturalmente por el gobernador regional, y donde las resistencias a ese proceso van a estar lideradas en la región por el delegado presidencial, el que perderá poder cada vez que se le transfiera una competencia al gobernador regional. Por ello es muy importante generar mecanismos de resolución de controversias que resulten eficientes y que generen el mínimo de daño o heridas.
En esa dirección, ¿Cree usted que ayudaría a tener más claridad sobre las competencias que se podrían solicitar antes del 2021?
– Me parece razonable y deseable, porque además no es más que el ejercicio del derecho constitucional de petición, que el gobernador regional electo pueda pedir competencias, y no solo sea iniciativa del estado central transferirlas.
Algunos futuros candidatos a gobernadores regionales tienen dudas si elaborar su programa en base a las competencias hoy disponibles en la región o en base a las necesarias para implementar su programa. ¿Qué les recomendaría usted?
– Yo les diría que el programa es una ocasión para soñar, pero también para ser realista y no generar expectativas que después no se puedan cumplir. Y por tanto les recomendaría dos cosas. Primero que nada, esperar un tiempo, ya no hay ninguna necesidad de hacer hoy ningún programa, esa necesidad va a surgir en seis y ocho meses más, y a esa altura va a estar absolutamente claro qué competencias va a tener y cuáles podrá pedir el gobernador regional. Y segundo, que a partir de esa información, se construya un programa que tenga dos partes: una con las competencias que ya tiene, conferidas por la ley vigente, y otra con las que se compromete a solicitar al estado central, considerando que la solicitud de competencias es algo bastante complejo y nada rápido, que involucra fundamentar muy bien por qué esa competencia va a estar mejor ejecutada en el nivel subnacional que en el central.
Usted tiene una vasta y conocida experiencia en la política regional. ¿Cree que, una vez que esto parta, el comportamiento va a ser tan racional y ordenado como el que usted describe?
– Yo creo que, siendo realista, va a ver de todo. Van a ver grandes aciertos y también torpezas, e incluso negligencias, como en todas partes, sea nacional, regional o comunal, y para enfrentar las anomalías está el Estado de Derecho, que tendrá que funcionar como corresponde. No veo autoridad moral del Estado central para exigir a las regiones, como condición para descentralizar, que entreguen a priori una especie de certificado de ser absolutamente eficientes, probas y trasparentes, especialmente cuando es ese Estado central el que ha producido la actual mayor crisis de credibilidad y confianza en las instituciones de la historia de la República.
¿Cree usted que ayudaría a la transferencia de competencias el que las instituciones centrales que son actualmente dueñas de ellas se preparen desde ya para traspasarlas, así como preparar a los que las recibirán en los gobiernos regionales?
– Yo soy de la opinión que es conveniente, pero no es necesario, ni mucho menos imprescindible, como opinan algunos. Creo que las competencias técnicas y las capacidades profesionales estarán donde esté la capacidad y el poder de decisión. Por ejemplo, cuando se creó la Región de Los Ríos, el año 2007, todos los funcionarios que llegaron allí obviamente no tenían experiencia previa, pero como existía un espacio de poder, se generaron las competencias. Hay que realizar primero la transferencia, y en un par de años se va a producir la competencia profesional. Y, sin duda, que va a ver un pequeño bache en ese par de años; pero es un precio mínimo que hay que pagar para que las cosas que impactan en la región se hagan en la región.
Vamos a lo del financiamiento. Si se traspasan competencias debieran traspasarse los recursos para ejecutarlas. ¿Cómo se está avanzando en eso?
– Ese es un tema central. En el informe que hicimos para la Comisión Presidencial Bachelet el año 2014 hicimos presente que las competencias debían traspasarse al menos con el monto de recursos financieros y con los funcionarios que estaban destinados a implementarlas en el nivel central. Y se está avanzando en esa misma línea. Por lo demás, el propio Presidente de la República, desde la campaña electoral, se comprometió a incrementar los recursos para las regiones, a la vez que se incrementaban también los niveles de responsabilidad en la gestión de esos recursos.
¿Cuál cree ustedque es su aporte a la Mesa Técnica?
– Creo que aporto una mirada particular producto de mi experiencia. Yo soy una mezcla personal rara, de una persona que nació y fue criado y educado en Santiago, pero que ha desarrollado toda su vida profesional, académica y política en regiones, y en particular en Valdivia. Eso me da una mirada distinta a la del santiaguino puro y duro, que nunca ha vivido en regiones, pero también distinta del regionalista tradicional. Y lo otro que, creo, yo puedo aportar, es una cierta experiencia profesional de ordenamiento de los debates para que vayan confluyendo hacia una estructuración sensata del informe que se va a enviar al Presidente de la República.