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ENTREVISTA. Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas UC, sobre falta de una Ley de Rentas Regionales:»Los gobernadores regionales se transformarán en un foco de presión para el Gobierno»
Justo cuando los primeros interesados en postular al cargo de gobernador regional comenzaban a aparecer, las estridencias del estallido social y luego las urgencias de la pandemia por el coronavirus postergaron los ímpetus creados en torno a esta nueva institucionalidad, cuya elección está prevista para abril del próximo año, junto a alcaldes, concejales y constituyentes.
Aunque reemplazarán en algunas de sus atribuciones a los actuales intendentes, los gobernadores regionales no tienen un presupuesto claro y robusto que haga justicia a la influencia política que, por caudal de votos, será incluso mayor a la de un senador. En la Región de Valparaíso, suenan como eventuales interesados la exalcaldesa de Olmué y exministra de la Mujer, Macarena Santelices; el exrector de la UV, Aldo Valle, y hasta la alcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato, entre otros.
Sin embargo, cualquiera de ellos enfrentará la misma dificultad inicial. Por ello, el director del Centro de Políticas Públicas UC, Ignacio Irarrázaval , coeditor del libro «Más allá de Santiago: Descentralización fiscal en Chile», afirma que el Gobierno debe poner el acelerador legislativo a una Ley Permanente y Unificada de Rentas Regionales, que determine con claridad la estructura de financiamiento de los nuevos gobiernos locales.
– Desde el punto de vista práctico, ¿de qué manera afectaría la instalación de los gobernadores regionales no contar con una ley de rentas equivalente?
– Tal como se menciona en el libro, la mayor parte de los recursos que el gobierno transfiere a las regiones están en glosas presupuestarias y leyes dispersas. Si no hay una Ley de Rentas Regionales aprobada, que defina con claridad las fuentes de financiamiento y sus características, los nuevos gobernadores regionales, empoderados por el voto popular se transformarán en un foco permanente de presión por mayores recursos fiscales. Lo más probable es que haya una bancada transversal, independiente del color político, todos contra el gobierno central presionando por más recursos. Probablemente, los parlamentarios, también adherirán a esto, pues los gobernadores tendrán incluso un mayor caudal de votos que ellos.
– ¿Por qué los gobiernos son tan reacios a descentralizar sus recursos?
– La mayor discrecionalidad en las transferencias de recursos hacia las regiones no ha sido un problema hasta la fecha, pues los intendentes dependen del gobierno central. De esta forma es más cómodo para los gobiernos centrales poder asignar esos recursos con mayor flexibilidad para ellos. Obviamente, al existir una ley de rentas regionales, esa flexibilidad se pierde y el gobierno central tendrá menos poder ante las regiones.
– ¿Cómo cree que podría abordarse una ley de rentas en un periodo que contempla cinco elecciones en los próximos 15 meses?
– En nuestra opinión, el calendario electoral y la agenda legislativa está sobrecargada. Aun así, es altamente conveniente que la ley de rentas esté promulgada antes de la elección de los gobernadores, pues permite hacer una propuesta más técnica y menos sesgada con las conveniencias de los resultados electorales que ya hayan ocurrido.
– Al analizar la figura del gobernador regional es difícil ver un perfil político claro. ¿Qué características tendrá esa nueva figura?
– En estricto sentido, por las atribuciones que define la ley, el gobernador regional no es más que el actual presidente del Consejo Regional (Core), elegido ahora por voto popular. Sin embargo, por el requerimiento de obtener más de un 40% de la votación en primera vuelta o bien ir a una segunda vuelta, los gobernadores serán electos por un caudal de votos muy relevante, bastante superior a la base electoral de un senador, lo que les dará un posicionamiento y liderazgo político importante. En el caso de Valparaíso, considere por ejemplo que el senador Chahuán, que sacó una excelente votación y primera mayoría regional, salió electo con más de 150.000 votos, pero es «apenas» un 22% de la votación regional; es decir, no hubiese alcanzado a ser gobernador regional en primera vuelta.
– ¿Y cómo ese caudal de votos configura el perfil político del gobernador?
– Es difícil predecir el perfil de los candidatos. Lo más probable es que sean políticos más avezados, que puedan movilizar a un electorado amplio. Con la ley que limita la reelección de autoridades, es posible que esos perfiles estén disponibles. Sin embargo, en su ejercicio, también deberán jugar en el plano ejecutivo de concretar la inversión en la región.
– La discusión sobre las rentas regionales está eclipsada por las urgencias. ¿Quién debe dar ese primer paso para abordar el tema?
– Efectivamente, hubo un acuerdo político de presentar un proyecto de ley sobre Rentas Regionales una vez aprobada la reforma tributaria, esto está aún pendiente. La iniciativa debe venir del Ejecutivo, pues involucra decisiones de gasto público, sin perjuicio de ideas y propuestas que han circulado, incluidas las descritas en nuestro libro «Más allá de Santiago: Descentralización fiscal en Chile».
– ¿Qué paso cree usted que deben dar las regiones para presionar al Gobierno a que presente esta ley, visto que los parlamentarios tienen sus prioridades puestas en otras cosas?
– Hasta ahora, los intendentes regionales dependen del gobierno central, por lo que no creo que ellos presionen por esa ley. La presión podría venir por los parlamentarios regionales, pero creo que el estallido social y la pandemia ha generado un cambio de escenario brutal, la mayor presión ha estado en programas sociales de primera necesidad y temas sanitarios.
– ¿Qué escenario vislumbra usted si no se aprueba esta ley en este Gobierno?
– Tal como lo hemos mencionado, hoy en día la estructura de financiamiento de los gobiernos regionales está dispersamente definida en glosas presupuestarias y algunas leyes específicas, esto puede generar incertidumbre a futuro, pues podrían cambiarse las reglas de asignación cada año. Esto no ha sido problemático hasta la fecha, ya que los intendentes están alineados con el gobierno central, pero en el futuro esto no ocurrirá. Por lo tanto, la discusión del presupuesto puede convertirse en una batalla política de envergadura.
– Algunos plantean que un Gobierno no gustará de una figura de oposición en un cargo como el de gobernador regional.
– Obviamente, tendremos escenarios de juegos políticos que no hemos conocido hasta la fecha. Es probable encontrar alineamientos políticos transversales contra o a favor del gobierno nacional; las regiones mineras, las regiones agrícolas, las regiones puerto, pueden unirse transversalmente para demandar respuesta a ciertos problemas al gobierno central. Esto, obviamente, les dará mayor peso político. Aun así, conviene recordar que los ministerios, sus secretarías regionales, y los servicios públicos seguirán bajo el mandato del gobierno central, por lo que la ejecución de la mayor parte de las políticas públicas nacionales en cada región no debería tener mayores cambios.
ÁREA METROPOLITANA
– En la Región de Valparaíso ya anunciaron la creación de un área metropolitana conformada por una zona que incluye a Valparaíso, Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana. ¿Cómo se prevé que pueda operar un área de estas condiciones bajo la coordinación de un gobernador regional?
– Las áreas metropolitanas tienen mucho sentido desde el urbanismo. Una persona que obtiene su permiso de circulación en Quilpué, seguramente circulará por Villa Alemana o Viña del Mar en forma regular; por lo tanto, es lógico que los costos asociados a la mantención de las calles sea distribuido entre todas las comunas del área metropolitana. Es probable que sea más eficiente la recolección de la basura y otros servicios a escala metropolitana. Sin embargo, en mi opinión, la Ley de Regionalización es bastante débil en lo que se refiere a gestión de áreas metropolitanas, pues se supone que las administrará desde un departamento al interior del Gobierno Regional y los alcaldes de esas comunas integrarán un comité consultivo, si bien se establecen varios instrumentos de planificación a nivel metropolitano, estos pueden convertirse en obstáculos para el desarrollo.
– ¿Por qué ocurriría eso?
– Conocemos que hoy en día un plano regulador de un municipio toma muchos años en aprobarse, la planificación de la intercomuna urbana puede convertirse en una traba para más de alguna de estas. La pregunta que surge es cómo se equilibrarán ciertas funciones metropolitanas que hoy ejercen los municipios que en el futuro podrían quedar en el Gore. ¿Estarán los municipios disponibles a entregarlas? ¿Existirán los recursos para ejercerlas?
– ¿De qué manera hubiera sido distinto el enfrentamiento de esta pandemia -que ya auguran se repetirá en el futuro- con la presencia de gobernadores regionales ya en su cargo?
– Más allá de las funciones que la ley le entrega a los futuros gobernadores, su mayor capital es político, ya que en la práctica tendrán mayor respaldo político que los parlamentarios de cada región. En este sentido, probablemente los gobernadores electos tendrán mayor poder de presión al gobierno nacional para representar las demandas y problemas de la región que representan. En la actual pandemia, muchos alcaldes han mostrado un liderazgo importante en posicionar problemas locales, pero de repercusión regional o nacional. Estimo que ese rol político lo pueden tomar los gobernadores con mayor respaldo aún.
Fuente: http://portal.nexnews.cl/showN?valor=eez0p