Boletín, Boletin-news
Especial Pandemia y Regiones
BOLETÍN ESPECIAL / MAYO 2020
Análisis de Coyuntura
Las políticas sanitarias requieren un mando centralizado, pero con aplicación descentralizada. Las políticas de reactivación económica exigirán respuestas diferenciadas según la realidad de cada región y comuna.
Por Diego Portales Cifuentes, Director Ejecutivo Fundación Chile Descentralizado
La pandemia del coronavirus está afectando a todos y a todo. En primer lugar, es un problema sanitario de escala mundial, luego una crisis económica sin precedentes, comienzan a aparecer brotes de estallidos sociales en diversos países y, sin duda, pondrá en tela de juicio las estructuras políticas.
La pregunta que cabe hacerse tras dos meses de experiencias es acerca de las formas más eficaces para superar dichas crisis. Lo que observamos en la experiencia internacional y en nuestra propia realidad es que el centralismo extremo es un mal camino. En cambio, las luces vienen de aquellos que están explorando formas descentralizadas de gestión a través de una gobernanza colaborativa entre los distintos niveles del Estado y con políticas que propicien la participación de los ciudadanos.
¿QUIÉN DEBE DECIDIR QUÉ?
¿Quién puede hacer frente en mejores condiciones esta amenaza a la humanidad?
Siendo un problema global cabía esperar una respuesta a esa escala, pero no la habido en la medida de lo necesario.
El historiador israelita Yuval Harari lo denunció el pasado marzo. En un artículo en el Financial Times reproducido en varios periódicos latinoamericanos señaló: “Esperábamos ver, hace algunas semanas, una reunión de emergencia de los líderes globales para elaborar un plan de acción común. Los líderes del G 7 consiguieron organizar una videoconferencia, pero no resultó ningún plan global”. “En las crisis anteriores, como la financiera de 2008 o la epidemia de Ébola el 2014 los Estados Unidos asumieron el papel de líder global. Pero, el actual gobierno de EEUU abdicó el cargo de líder”.
Frente a esta ausencia cunde en todas partes el nacionalismo y el localismo. Los Estados Nacionales han sido los protagonistas de esta historia. Ello ha ocurrido incluso en la Unión Europea, entidad supranacional que se ha visto afectada por la profunda diferenciación de situaciones y por un egoísmo nacional de los que han resistido mejor frente a los más afectados. España ha suspendido el Pacto de Schengen y otros países han establecido diversos controles al acceso de personas. No se han alcanzado a esta fecha acuerdos de financiamiento de la Unión satisfactorios para las partes, especialmente para los países más afectados. Las muestras de solidaridad son sólo muestras.
Las respuestas nacionales han tenido resultados muy dispares. Se compara el éxito relativo de Alemania o Finlandia con el fracaso de Italia, España, Francia y Reino Unido. Un artículo del diario El País compara el rendimiento de los sistemas políticos centralizados con el ejemplo de Francia y los descentralizados como Alemania. A la fecha de la publicación 3.868 fallecidos en Alemania frente a los más de 18.000 en Francia. Alemania opera mediante acuerdos entre los Lander y el Gobierno Federal. Francia decide todo en París. Si bien el logro de acuerdos podría ser un problema se valora la experiencia. Úrsula Munch, directora de la Academia de Educación Política de Tutzing en Baviera ha señalado “en un momento excepcional es importante que distintos poderes ejecutivos ejerzan contrapeso y se controlen unos a otros y aporten distintas perspectivas en la toma de decisiones”. Por otra parte, la aparente mayor eficacia de una decisión centralizada del modelo francés agrava las faltas si se comenten errores, como el hecho de no haber puesto en marcha a tiempo los test de contagio. El director general del laboratorio de Ideas Fondepol, Dominique Reynié ha señalado que “la magnitud de la crisis puede llevar a una recomposición política más descentralizadora”. El epidemiólogo Willian Dab (ex – director general de sanidad francés) concluye: “las epidemias se ganan sobre el terreno, no en los despachos de los ministerios”.
LOS AVATARES DE LA EXPERIENCIA CHILENA
En un Estado tan centralista como el chileno poco de esto llega a ser tema relevante de debate. Sin embargo, el último semestre, con el estallido social primero y el coronavirus después, está emergiendo en la agenda pública la cuestión de la organización territorial del Estado.
Rol principal en este renacimiento descentralizador lo han jugado las autoridades democráticamente electas en los territorios: en especial los alcaldes. Fruto de esa presión se logró canalizar la protesta social en un prometedor proceso constituyente. La consulta del 15 de diciembre es un hito histórico de participación ciudadana descentralizada. De la misma manera, fue la presión de las autoridades comunales la que obligó al gobierno a crear la “Mesa Social COVID 19” y a tomar una rápida decisión de suspensión de clases en todos los niveles de la enseñanza, lo que al minimizar los contactos sociales ha contribuido a aminorar la expansión de la pandemia.
Son primeros pasos en la experiencia chilena de una descentralización real. Todavía predomina la decisión poco transparente, la actitud arrogante y el innecesario monopolio de la información y el poder. Ese es el tema que nos preocupa. ¿Cómo reconocer que la diversidad de Chile requiere decisiones diferenciadas por territorios y recogiendo tanto los datos, como las sensibilidades de la población?
En este sentido, es justo reconocer que el gobierno central ha avanzado en entender parte del asunto. Al aplicar medidas específicas a territorios más infectados por el virus va acotando su propagación. Es indudable que la situación metropolitana, de Ñuble, de la Araucanía o de Magallanes ha sido diferente a las de Atacama y Aysén. En unos casos las medidas de confinamiento han sido importantes; en los otros basta con aplicar barreras sanitarias.
Lo que falta por aprender es que la legitimidad de las medidas requiere generar el mayor consenso social posible. Anuncios apresurados y unilaterales como los del pronto retorno a clases, o el llamado a una vuelta al trabajo, sin especificar plazos, protocolos y métodos de seguimiento no solo pueden generar desobediencia civil, sino también un recrudecimiento de la epidemia.
En este sentido, urge un cambio de actitud. El gobierno del país debe saber escuchar. Pero, más que eso, como señala la experiencia alemana es importante que existan contrapesos entre distintos poderes: el nacional, el regional y el local.
Eso requiere un cambio institucional que comienza con la elección de gobernadores regionales y que continúa con un proceso gradual de traspaso de competencias y recursos de decisión subnacional.
Y es aquí donde el Estado chileno, en particular el actual gobierno, tiene una deuda grande. Cumplimiento cero de las promesas.
Desde 2009 la Constitución Política permite transferir competencias en fomento productivo, infraestructura y transportes y desarrollo social y cultural; ha transcurrido más de una década y nada.
Desde 2018 están definidas las normas que regulan y fijan las fechas de elección de gobernadores regionales y las modalidades del traspaso de competencias. Sin embargo, en estos días se multiplican las voces desde los medios de comunicación de la capital y desde el propio gobierno a través del ministro Blumel; a ellos se han sumado algunos alcaldes metropolitanos y otros incumbentes para cuestionar lo que se aprobó por unanimidad en el Parlamento y que acaba de ser ratificado: la elección conjunta de gobernadores y municipales para el 11 de abril de 2021.
Para qué hablar de la Ley de Financiamiento regional y local prometida por el ministro Briones para el mes de marzo: nada, ni una explicación.
CÓMO ENFRENTAR LOS PRÓXIMOS DESAFÍOS
La epidemia no está controlada. Lo que parecía una trayectoria moderada tuvo una primera explosión de magnitud en la Región Metropolitana. El centralismo excesivo, tantas veces denunciado en estas páginas, está cobrando la cuenta. Mientras la pandemia estaba concentrada en las comunas más acomodadas fue posible alcanzar el distanciamiento social y el ritmo de expansión fue relativamente lento. Cuando el foco se trasladó a las comunas populares la epidemia se desbordó: las condiciones de hacinamiento, la perentoria necesidad de salir a trabajar, el uso obligado del transporte público, entre otros factores, ha agudizado los problemas. Hasta ahora, esto no se ha expandido con esa fuerza al resto de las regiones; varias de ellas han logrado aplanar la curva y reducir el número de contagios. Nadie puede cantar victoria, pero la situación actual muestra fuertes diversidades territoriales.
La crisis económica está comenzando. La paralización de la actividad económica no esencial, el aumento del desempleo, la pérdida de ingresos, la precariedad y lentitud de las ayudas gubernamentales, entre otras causas, anuncian un año entre crítico y devastador. Urge estudiar, definir y poner en práctica políticas para desescalar el confinamiento cuándo y dónde se pueda, con los protocolos sanitarios más exigentes. Queda muy claro que esto será asimétrico, en función de la gravedad de la pandemia en los distintos territorios.
Las políticas sanitarias requieren un mando centralizado, pero con aplicación descentralizada. Las políticas de reactivación económica exigirán respuestas diferenciadas según la realidad de cada región y comuna.
Tal como lo muestran los países que tienen mejores desempeños esto requiere una gobernanza colaborativa entre los distintos niveles de la administración del Estado. Ya mencionamos el caso de Alemania, ahora agregamos otro más cercano: Argentina. Un caso digno de seguir lo ha mostrado el presidente Fernández quien se está reuniendo con los gobernadores provinciales y las autoridades locales para planificar en conjunto el final progresivo del confinamiento. Una reciente reunión de Piñera con un grupo de alcaldes parece una señal positiva para una nueva relación y un nuevo trato, pero la mayoría de las decisiones tienden a desmentir que ello sea posible. El centralismo endémico de la política chilena puede llevarnos a hacer las cosas muy mal, a tomar decisiones inoportunas y a condenar a los chilenos a horas muy duras. Sería lamentable.
Si bien es cierto que una pandemia como la que nos afecta requiere de un mando nacional que articule, oriente, y distribuya; no es menos cierto que es en los territorios y sus espacios más locales, como las regiones, comunas y barrios, donde la gente vive y padece el COVID-19, y lo hace con un determinado equipamiento y en condiciones sociales y económicas muy distintas, según donde viva.
Por ello, como Fundación Chile Descentralizado, quisimos relevar la voz de los territorios, para saber y comunicar la forma en que están viviendo la pandemia, así como conocer el juicio que les merece el accionar de las autoridades, tanto nacionales como locales. Para este fin, contactamos a los 16 Capítulos Regionales de la Fundación.
Para orientar los aportes les enviamos a los Capítulos Regionales tres preguntas abiertas, destinadas a relevar algunos aspectos, tales como la singularidad de cada región y si ello se había considerado en las medidas tomadas; o si había medidas que se podrían haber implementado mejor desde el espacio territorial (regional o local); y, por último, si de haber existido mayor descentralización, las cosas se podrían haber hecho diferentes o mejor.
Y las respuestas no se hicieron esperar. Algunos lo abordaron en forma de entrevista y otros como un artículo, también los hay más cercanos a una columna de opinión, pero todos nos informan de realidades bastante distintas que hablan de la particularidad de sus territorios. (*)
Con todo, hay aspectos que se reiteran en la mayoría de los aportes, y que van desde el destacado rol de los alcaldes, la poca visibilidad de los Intendentes, el excesivo centralismo (que llegó incluso a nombrar una fugaz delegada presidencial en La Araucanía); pasando por el interesante rol de los organismos locales y de la sociedad civil, y la creatividad de algunas medidas; y terminando con la muy diferente situación socioeconómica y de equipamiento, que opera como un marco de hierro a la vez que pone dudas sobre la efectividad de algunas medidas.
Bien, veamos entonces que nos cuentan las regiones.
Por Jaime Gré Zegers, periodista, Director de Comunicaciones Fundación Chile Descentralizado
(*) Los datos que aparecen en estos reportes, especialmente respecto de la expansión de la pandemia y sus medidas nos llegaron desde las regiones en la semana del 07 al 13 de Mayo; por lo que la data usada tiene ese rango de origen.
Desde Arica y Parinacota
Por Jovania Lizana Cortés, Trabajadora Social CORFAL y Dirigenta Vecinal, en representación del Capitulo Regional Arica y Parinacota de la Fundación Chile Descentralizado
“Desde la Corporación donde me desempeño, somos testigos del desenganche escolar de familias y jóvenes que no cuentan con los recursos económicos para mantenerse en este sistema, al no comprender las TICS o no contar con soporte tecnológico para encajar en una “Nueva normalidad”, pensada desde el centralismo..”
“No son 30 pesos, son 30 años de abuso.” Esta es una de las frases icono, con que Chile despertó en octubre del 2019. La fuerza y valentía de la juventud dejaron huellas en un precedente histórico con el “Estallido Social”. Y con ello, emergieron con firmeza los movimientos sociales, unificando las distintas demandas históricas como “No + AFP”, Salud y Educación Pública, Infancia, garantías a los Derechos Humanos, sociales, económicos, culturales y político. Pero en un país descentralizado.
Todos los sectores, sociales, políticos, populares, poblacionales, convergieron en un solo objetivo: Una nueva Constitución para Chile.
En Arica y Parinacota, como en el resto del país, se intensificaron las manifestaciones en las calles, protestas y marchas. El pueblo se levantó y los movimientos sociales cambiaron la historia.
Del Estallido Social a la Pandemia Covid – 19, se paralizaron todas las demandas sociales y las mesas de diálogos para una nueva Constitución. La rapidez del contagio y la incertidumbre de una desconocida enfermedad, confinó a todo un pueblo a vivir en cuarentenas y toques de queda.
A medida que la pandemia se extendió, colapsó rápidamente el sistema de salud y educación. Sobre todo para quienes se desempeñan en el sector informal, implementándose drásticos recortes presupuestarios, siendo compensados con la entrega de bonos poco criteriosos e incomprensibles.
Las medidas COVID – 19 del Gobierno, para hacer frente a la pandemia, han sido centralizadas y con decisiones arbitrarias, las cuales no han sido atingentes a las características de la región. Muestra de aquello es la baja o nula incidencia de los gobiernos locales para resolver la catástrofe sanitaria que remueve a todo un país.
Una de las principales fuentes de empleo en Arica es el comercio informal. Dentro de este rubro se encuentran los empleos por cuenta propia, ferias itinerantes, gastronomía, comidas rápidas o almacenes. En otro sector, se encuentran los trabajos de obras menores, como mantención, gasfitería, construcción y empleos informales los cuales surgen de las necesidades del día. Siendo un sector con mayor probabilidad a la exposición de riesgos sanitarios y consecuencias sociales.
Las cuarentenas y toques de queda confinaron a las personas a mantenerse en sus domicilios, aludiendo a una medida preventiva ante el Covid – 19 para salvar vidas.
A consecuencia del confinamiento doméstico, se evidenciaron ejemplos reales y concretos de la cruda dureza expresadas en demandas sociales durante el “Estallido Social”, desde una mirada regional, se puede encontrar:
Un sistema de salud precario, colapsado por la falta de inversión pública. En regiones extremas como en Arica y Parinacota, exacerbó las largas listas de espera para hospitalización y tratamientos médicos. Esta Pandemia acrecentó la necesidad de contar con médicos especialistas. La insuficiencia de variedad y abastecimiento médico en las farmacias del servicio municipal de salud y los deterioros de las infraestructuras de los CESFAM quebró un sistema, el cual ya venía debilitado.
La informalidad laboral aumentó la desprotección social, afectando en mayor medida a trabajadores/as informales, sin protección y seguridad laboral o social, sobre todo de quienes trabajan en las ferias itinerantes en las calles, vendedores/as de ropa usada, comercio ventas de productos de segunda mano, comerciantes ambulantes, quioscos, restaurant, de cuyos ingresos dependen del día a día y que son base del paisaje comercial de una ciudad fronteriza como Arica. Por otra parte, los conductores de vehículos no propietarios de la locomoción colectiva, microempresas familiares, mujeres jefas de hogar multifuncionales (oficios variados y desprotegidos según la necesidad) a cargo de sus hijo/as. Este modo de trabajo informal, alejado de las políticas públicas, expone a los sectores con mayores necesidades a sufrir las graves repercusiones sociales.
El déficit de viviendas sociales obliga a las familias a pagar altos montos de arriendo, y quienes no cuentan con la solvencia económica deben vivir con sus familias extensas, produciendo el hacinamiento de viviendas y a convivir en reducidos metros cuadrados. Personas adultas mayores, con pensiones paupérrimas de 120.000, muchas veces postradas en viviendas básicas y en condiciones de pobreza, son aquellas las más golpeadas producto de una pandemia que visibilizó el fracaso de un sistema de pensiones, cuya rentabilidad sigue siendo un negocio para los privados.
Las decisiones centralizadas, de suspensión del sistema educacional, el cual fue reemplazado por un sistema virtual, no consideraron las realidades regionales. Por ejemplo, en una ciudad donde los empleos tienden a ser informales y no protegidos, no se logra justificar la solvencia económica para adquirir un contrato de internet. La carencia de recursos tecnológicos, están cada día produciendo desigualdades e inequidades en el acceso a la educación. ¿Cuántos niños y niñas cuentan con notebook, impresora, resmas de hojas? Es evidente que para el desarrollo pedagógico se requiere de espacios físicos de tranquilidad y acompañamiento de un adulto/a, que vincule de manera amigable el conocimiento. Sin embargo, las familias con hacinamiento, que viven constantemente los cortes de suministro de energía o agua potable, sumado al estrés parental de cubrir la alimentación arriendo, salud y la incertidumbre del día a día. La pandemia exacerbó las desigualdades ya existentes, con políticas centralizadas injustas y excluyentes.
Desde la Corporación donde me desempeño, somos testigos del desenganche escolar de familias y jóvenes que no cuentan con los recursos económicos para mantenerse en este sistema, al no comprender las TICS o no contar con soporte tecnológico para encajar en una “Nueva normalidad”, pensada desde el centralismo, y que a las regiones nos pone en el dilema de cómo lograr enfrentar las dramáticas consecuencias de una pandemia.
Esta radiografía social, nos mostró una cruda y triste realidad que afectó sin duda a los sectores sociales que requieren mayor protección. Se requiere de diálogos regionales y puntos convergentes donde los gobiernos locales, autoridades, dirigentes, gremios, asociaciones, sindicatos, universidades, comunas rurales y urbanas puedan estar presente en la discusión con políticas y programas más inclusivos y con pertenencia regional.
Desde Tarapacá
Por Juan Morales Barraza, director del Capitulo Regional Tarapacá de la Fundación Chile Descentralizado
“La llegada de migrantes contagiados desde la zona central del país ha aumentado significativamente los porcentajes de incidencia de esta pandemia en Tarapacá, generando una fuerte presión en los gobiernos locales, como en las comunas de Colchane, Huara e Iquique, respecto a medidas humanitarias”
La Región de Tarapacá, tiene sus 383.000 habitantes distribuidos en 7 comunas y en 2 de la 5 comunas rurales no hay casos con COVID , los enfermos se concentran en las comunas de Iquique y Alto Hospicio .
La llegada de migrantes contagiados desde la zona central del país ha aumentado significativamente los porcentajes de incidencia de esta pandemia en Tarapacá, generando una fuerte presión en los gobiernos locales, como en las comunas de Colchane, Huara e Iquique, respecto a medidas humanitarias, que cumplan con medidas preventivas mínimas que acojan a estas personas, sin exponer al resto de la población. Sin embargo, la capacidad financiera, recursos humanos y estructura municipal, pone en evidencia las brutales brechas entre cada uno de estos municipios y por ende su capacidad de respuesta y gestión.
Esta situación es claramente un caso de mal manejo el gobierno central que se ve agravado por la actitud inhumana y cruel del Gobierno de Bolivia que no ha permitido el retorno oportuno de sus connacionales. Estos acontecimientos, también sacan a relucir la importancia de la “paradiplomacia” para una región fronteriza como la nuestra, cuyas dinámicas culturales, sociales y económicas se caracterizan por el intercambio constante con el país vecino. La “paradiplomacia”, aparece como un mecanismo frente al excesivo centralismo del Estado, que al no entender esta estrecha relación entre territorios, no facilita la puesta en marcha de proyectos estratégicos de desarrollo.
En otro sentido, hoy vemos que a 7 semanas del inicio del cierre de la gran mayoría de los comercios, la gente comienza a circular en grandes cantidades por toda la ciudad y los comercios comienzan a abrir con alguna timidez y otros con la confianza de poder replicar las medidas preventivas e higiénicas como las que se aplican en los supermercados, farmacias y terminales agropecuarios. El razonamiento es que si los grandes supermercados, que son en realidad megatiendas, que venden todo tipo de bienes durables, alimentos procesados y perecibles, es decir, venden no solo los productos esenciales de cada día sino también el resto de las necesidades familiares, entonces también debería ser permitido que abran todos los comercios (que por lo general son de carácter local) que cumplan con el protocolo sanitario .
Todos sabemos que la recuperación productiva general no puede esperar mucho más porque los subsidios que son a lo menos un 30% inferiores a los sueldos, son decrecientes y pueden ser muy bajos si el trabajador no dispone de fondos propios abundantes y debe recurrir al subsidio solidario. Para los trabajadores una remuneración ganada no solo es mayor sino más digna que un subsidio y para la economía es un aporte real a la producción y al bienestar general.
Finalmente están los daños a la salud mental de la gran mayoría de las personas que viven largas semanas confinados en hogares estrechos inadecuados para la convivencia armónica permanente de una familia. Tarapacá no ha sido una excepción al descubrir que los colegios y universidades tienen alta densidad por m2 y que es imposible reanudar las clases para mantener el distanciamiento requerido. Los hogares no tienen todos los computadores que necesita la familia para la educación a distancia o el teletrabajo y más allá de ello no todos tienen comunicación digital en sus hogares.
La pandemia ha descubierto la realidad de gran parte de los chilenos que no pueden enfrentar una larga cuarentena porque no pueden enfrentar la educación a distancia o porque sus ingresos han bajado en tal magnitud que necesitan volver a sus empleos rápidamente. En Tarapacá el problema es grave por cuanto el 31% de del empleo es informal lo cual indica que son personas que debe salir cada día a ganar el dinero para alimentar a sus familias.
Estas situaciones ponen en cuestionamiento si el actual orden y estructura social permite una respuesta oportuna y pertinente, y empezamos a comparar como lo hacen Estados descentralizados. Sin duda, sea cual sea este nuevo orden, la colaboración regional y comunal serán claves, en un país en donde el centralismo también se replica a escala regional, provincial y comunal inclusive.
Desde Atacama
Por Mario Maturana Claro, Presidente Capítulo Regional Atacama Fundación Chile Descentralizado…..Desarrollado
«Si contáramos con un gobernador regional, que por su génesis tuviere incentivos más fuertes para dar cuenta a la población regional de su labor, sin perjuicio de actuar articuladamente con las autoridades nacionales en caso de catástrofe, debería para ello articular a los municipios y a las distintas comunidades de la región, requiriendo información más focalizada y transformando a sus líderes en parte de la organización destinada a enfrentar la catástrofe».
¿Cómo ven Uds. la dinámica de la pandemia en su región? ¿Hay aspectos particulares de vuestro territorio que han marcado dicha dinámica?
Nuestra región ha tenido un número bajo de contagiados y a pesar del aumento de los últimos días sigue siendo bajo, en relación con los parámetros usados para evaluar el avance de la pandemia.
Nuestra situación laboral se caracteriza por un amplio número de profesionales que residen en otras regiones y temporeros que acuden a labores agrícolas, parece ser que esa ha sido la causa de la mayoría de los contagios. Sin embargo, la región ha estado protegida por controles y aduanas sanitarias, relativamente estrictas.
En nuestra región no se han decretado cuarentenas, en ninguna comuna.
Dada la estructura empresarial y laboral de la región, caracterizada por grandes empresas mineras y agrícolas, no se notado efecto significativos en el empleo de ese sector.
Otra es la situación del sector de servicios, y comercio de menor escala, el cual está constituido por pymes, restaurantes y empresas familiares, las que han sido afectadas, lo que ha sido atenuado parcialmente por el sistema de reparto a domicilio.
¿Con qué casos o ejemplos concretos Uds. ejemplificarían las cosas que se podrían haber hecho de forma distinta o claramente mejor?
Atendida la respuesta anterior, resulta difícil determinar que cosas pudieron hacerse de manera distinta o mejor. Seguramente en el futuro, con una visión más retrospectiva, podríamos opinar en esta materia.
¿Creen Uds. que si hubiera una mayor descentralización y contaran con mayores facultades, se podría abordar mejor la pandemia? ¿Por qué?
En Atacama ha sido notorio, como en otras partes del país, el desencuentro entre las autoridades centralizadas nacionales y los municipios. Observamos alcaldes y consejos municipales dictando decretos y resoluciones que imponían cuarentenas, restricciones al desplazamiento y cierre de diversas actividades, prohibiciones de usar recintos municipales, etc. sin contar con las facultades, lo que condujo a que fueran generalmente ignoradas por la población.
Hay un consenso generalizado en que una situación tan grave como la que vivimos de orden sanitario, debe combatirse con un mando centralizado, puesto que de esa manera podemos usar los recursos nacionales, públicos y privados, en los lugares que los requiramos, podemos adoptar medidas considerando la información de todo el territorio, etc.
Sin embargo, resulta evidente que ese mando centralizado podría ser más eficaz si integrara a las organizaciones locales y regionales.
Así, si contáramos con un gobernador regional, que por su génesis tuviere incentivos más fuertes para dar cuenta a la población regional de su labor, sin perjuicio de actuar articuladamente con las autoridades nacionales en caso de catástrofe, debería para ello articular a los municipios y a las distintas comunidades de la región, requiriendo información más focalizada y transformando a sus líderes en parte de la organización destinada a enfrentar la catástrofe.
La situación anterior, esto es, una región mejor organizada, produciría un mejor aprovechamiento de la inteligencia territorial, manifestada en flujos de información y conocimientos emanados de las propias comunidades, todo lo cual permitiría contar con una visión completa de la realidad de cada territorio.
Otro gran tema, es la situación financiera del gobierno regional y los municipios, afectada por decisiones nacionales sobre restricción y uso de recurso públicos, lo que se agravará con la crisis social y económica que se avizora.
En la situación en que nos encontramos, con un Intendente que sólo debe acatar las decisiones centralizadas, parece ser que dicha crisis se agravará en regiones. Si contáramos con un gobierno regional democráticamente elegido en su integridad, la región tendría mejores condiciones para requerir los recursos que necesita para atender su propias necesidades económicas y sociales.
Desde Coquimbo
Por Directiva Capitulo Regional Coquimbo de la Fundación Chile Descentralizado: Alejandra Vivanco, Manuel Escobar, Luis Moncayo, Maritza Blanco y René Petite
“…una mayor descentralización mejoraría la asertividad y pertinencia de las medidas para enfrentar la particularidad territorial de la pandemia y por ende su legitimidad y viabilidad y con una mayor disposición de las personas a comportarse de una forma socialmente más adecuada a gravedad de la crisis sanitaria”
¿Cómo ven Uds la dinámica de la pandemia en su región? ¿Hay aspectos particulares de vuestro territorio que han marcado dicha dinámica?
Como Capítulo Regional visualizamos que la pandemia se ha desarrollado en contextos desiguales y dinámicas epidemiológicas diferenciadas. Así, se observa por ejemplo diferencias entre sectores cordilleranos y costeros, sobre todo en la concentración de servicios públicos y de salud existentes, lo que creemos que genera brechas y vulnerabilidad que no aportan en un estado de incertidumbre colectiva.
Esta diferenciación evidencia que el comportamiento social de los sectores rurales, sumado a la dispersión geográfica que los caracteriza, más las medidas que las autoridades locales han tomado, han contribuido al bajo número de contagiados en dichos sectores, aunque queda la duda de ¿Cuántos muestreos y exámenes se han hecho en dichos sectores?
Por otro lado, y agudizando dicha incertidumbre, se sigue constatando una concentración centralista en las decisiones y de los recursos. En particuar, hemos notado que la realidad del mundo rural no es recogida a nivel central, asi mismo la dinámica del avance de la pandemia también es distinta en cada región y en cada comuna.
En base a ello, vemos que las políticas nacionales no necesariamente dan cuenta de la estas distinciones y que a nivel macro, la situación de la Región Metropolitana concentra las medidas, la discusión y los recursos.
Un tema que subyace en la discusión es el liderazgo que debiesen tener las autoridades regionales para implementar políticas más pertinentes a la realidad de la región, la capacidad de tomar decisiones de manera autónoma, empoderada y coordinar a los distintos actores.
Otra arista que se ha abordado es la información centralizada así como los mensajes que generan confusión en la comunidad, pero también la necesidad del autocuidado en la población, dado que aún se observa que un porcentaje importante de la población aún no concientiza sobre el riesgo y no acata dada la imposibilidad de asegurar una seguridad económica o de subsistencia.
En este tema, es importante además mencionar que la región de Coquimbo presenta una alta conmutación laboral de trabajadores/as mineros hacia la Región de Antofagasta, dada esencialmente por la minería, lo cual aumenta la posibilidad de contagios a pesar de las medidas que puedan tomarse.
Vale mencionar también que si bien es efectivo que las autoridades han informado un número de contagiados sustancialmente menor al de las otras regiones del país, ello esconde la realidad de que la cantidad de muestras y análisis ha sido muy pequeña no obstante de existir en la región una capacidad instalada de laboratorios de análisis muy significativa (Hospital de Ovalle, Hospital La Serena – CEAZA, UCN) que no ha sido ocupada al 100% por Serv. de Salud. Sólo por una medida centralista reciente, los últimos días se han incrementado los análisis lo que elevará el número de contagiados en los a informar en los próximos días, lo que permitirá tomar medidas sanitarias preventivas evitando con ello el colapso de sistema de salud regional.
Finalmente, es importante saber con qué facilidad hay acceso a insumos para prevención de los contagios en zonas rurales o la población de menores recursos, así como de la capcacidad de analisis y toma de muestras en laboratorios públicos.
¿Con qué casos o ejemplos concretos Uds ejemplificarían las cosas que se podrían haber hecho de forma distinta, o claramente mejor?
Creemos que es importante determinar zonas de cuarentena diferenciadas como en la Región Metropolitana si correspondiera, en aquellas comunas con mayor número de casos (Coquimbo y La Serena). Estas medidas debiesen considerarse según el número de casos de contagio y desde allí, generar un plan de restricción y/o flexibilidad en las actividades.
Implementar desde el gobierno regional, medidas diferenciadas según número de casos de contagio en distintas comunas , ej. restricción o flexibilización a actividades económicas y educacionales con perspectiva territiriial.
Homogeneizar la fiscalización de las barreras sanitarias con el objetivo de controlar la trazabilidad de los contagios. Por ejemplo, hay barreras terrestres desde el acceso norte y sur de la región, pero ¿tenemos la misma rigurosidad y control para los vuelos provenientes de otras regiones?
Haber iniciado más tempranamente los muestreos y exámenes a personas con alta exposición ante terceros.
Haber implementado las autoridades regionales, y el Servicio de Salud correspondiente, medidas que dieran cuenta de las diversas expresiones territoriales de la pandemia coordinadas con las autoridades locales a fin de asegurar su ejecución con el respaldo de ellos y de los actores locales.
Haber implementado medidas que evitaran la concentración de personas que necesitan efectuar trámites en diversos servicios en las ciudades de La Serena y Coquimbo. A modo de ejemplo, impulsar y coordinar la atención de público de parte de Caja de Compensación Los Héroes, que paga pensiones básicas a los adultos mayores en diversas instalaciones más allá de las Oficinas regulares (Colegios, Sedes Sociales, etc.). Lo mismo para el caso de la Administradora de Fondo de Cesantía, Dirección Regional del Trabajo, Notarías, etc.
Creen Uds que si hubiera una mayor descentralización, y contarán con mayores facultades, se podría abordar mejor la pandemia? ¿Y por qué?
Sí y en particular con temas referidos a la toma de decisiones, la gestión para evitar el aislamiento rural y disminuir las brechas tecnológicas. Además, creemos que podría generar una mejor articulación de autoridades comunales y regionales en el manejo epidemiológico, por ejemplo el testeo activo de casos y medidas complementarias de orden municipal.
Esto porque creemos que “la bajada” de la política pública -en este caso Sanitaria- al territorio local que tiene sus propias particularidades y dinámicas, ha evidenciado las deficiencias de un sistema cenrralizado en la toma de decisiones y de recursos. Por ello, crremos que tenemos que pensar una política regional con cierta autonomía y que sea coordinada por los gobiernos regionales y tenga capacidad de gestión, visión y negociación.
De esta manera una mayor descentralización mejoraría la asertividad y pertinencia de las medidas para enfrentar la particularidad territorial de la pandemia y por ende su legitimidad y viabilidad y con una mayor disposición de las personas a comportarse de una forma socialmente más adecuada a gravedad de la crisis sanitaria.
Desde Valparaíso
Por Jocelyn Fernández Z, Presidenta Capitulo Regional de Valparaíso, Fundación Chile Descentralizado.
“…en todos los casos de emergencias está probado que (experiencia de más de 20 eventos catastróficos en los últimos 7 años), la gestión de las emergencias desarrolladas desde los propios territorios es mucho más eficiente que desarrollarlas de manera centralizada”
¿Cómo ven Uds la dinámica de la pandemia en su región? ¿Hay aspectos particulares de vuestro territorio que han marcado dicha dinámica?
Según establece el colegio de geógrafos de Valparaíso, quienes recaban y difunden diariamente de manera excepcional y exclusiva la información de avances del COVID 19 para la región desde fuentes oficiales, hoy 9 de mayo la región se encuentra con 879 casos confirmados, presentándose el mayor número en la comuna de Viña del Mar y en la de Valparaíso. Aún hay muchas comunas que no presentan contagios confirmados, sin embargo, estas cifras se pueden explicar a propósito de que no se han desarrollado campañas de detección de COVID 19, para identificar también pacientes asintomáticos, por lo que pensamos que a partir de esta información en la región recién estamos viendo la punta del iceberg de esta emergencia sanitaria, prueba de esto es que la semana recién pasada se confirmaron 6 funcionarios del Hospital Gustavo Fricke positivos para COVID 19.
Un tema preocupante es que en los dos últimos días, el 7 y 8 de mayo, los nuevos casos confirmados por COVID 19 llegan a 162. No obstante, las cifras aun en nuestra región no se han tomado medidas más drásticas como cuarentenas totales especialmente en las comunas de las ciudades con mayor poblacion (Viña del Mar, Valparaíso y San Antonio), como se observa en el mapa, los patrones de distribución se relacionan directamente con las ciudades de mayor y mejor conectividad con la región metropolitana.
Sin duda la cercanía de nuestras ciudades con la Región Metropolitana marca una especial vulnerabilidad, en este sentido y no obstante las barreras sanitarias establecidas entre Santiago y Valparaíso, de igual forma se ha observado un aumento sostenido de personas en todos los fines de semana largos, evidentemente esto constituye un gran problema para la región. Aunque nuestras cifras no son comparables con las de la región metropolitana, sin duda se deben tomar medidas similares para no seguir extendiendo el contagio.
¿Con qué casos o ejemplos concretos Uds ejemplificarían las cosas que se podrían haber hecho de forma distinta, o claramente mejor?
Han existido una serie de medidas todas centralizadas para abordar esta pandemia, no debemos olvidar que un estado de excepción como el que nos encontramos sin duda exacerba las decisiones centralistas, se han observado entonces muy pocas decisiones de carácter regional o comunal que puedan sustentar una estrategia local.
Incluso para el caso de los propios exámenes de PCR para detectar el virus, inicialmente estos debían ser derivados a San Felipe cuestión que luego se subsano abriendo espacios en la propia provincia de Valparaíso.
Sería muy importante que los propios municipios pudiesen establecer cuarentenas totales o restricciones reales para poder frenar la movilidad entre Santiago y la región, en segundo término, se han invisibilizado los problemas que el propio territorio tiene y que ayudan al progreso de esta pandemia, como por ejemplo la falta de agua en algunas comunas del norte de la región lo que pone a esta ciudadanía en una situación crítica y vulnerable.
Creen Uds que si hubiera una mayor descentralización, y contarán con mayores facultades, se podría abordar mejor la pandemia? ¿Y por qué?
En este y en todos los casos de emergencias está probado que (experiencia de más de 20 eventos catastróficos en los últimos 7 años), la gestión de las emergencias desarrolladas desde los propios territorios es mucho más eficiente que desarrollarlas de manera centralizada. No obstante, deben existir lineamientos generales centrales debería haber mucha más flexibilidad para tomar decisiones desde los propios municipios o gobiernos regionales.
Por otra parte, se han estado habilitando laboratorios virológicos universitarios en las universidades regionales, como laboratorios capaces de hacer exámenes PCR de detección de COVID 19, de tal forma de fortalecer una estrategia de aumento de centros de detección del virus. Sin duda esta es una iniciativa que se orienta hacia una gestión mas regional, sin embargo, no hay un trabajo con las autoridades locales como municipios y otras instancias de carácter regional, más bien existe una relación directa y bastante centralizada desde el ministerio de salud y el ministerio de ciencia y tecnología, los actores regionales salvo las universidades no están presentes en esta estrategia.
Evidentemente estas y otras iniciativas serian menos engorrosas y de fácil acceso si se desarrollaran desde la región, desde los propios gobiernos locales.
Desde Santiago (RM)
Por: Claudio Rojas Miño, Presidente Capítulo Regional Santiago Fundación Chile Descentralizado…Desarrollado
Enfrentar la pandemia actual revela la necesidad de capacidad de agencia en el conjunto de la población afectada (centralización) con el requerimiento de recoger las dinámicas locales/territoriales (descentralización)
Evaluar y hacer predicciones de las consecuencias de la pandemia del Covid 19 es difícil porque aún no se la conoce bien. Las pandemias anteriores de esta magnitud (gripe española y otras..) se dieron en contextos muy diferentes, por lo que constituyen referencias valiosas pero parciales. En todo caso, enfrentar la pandemia actual revela la necesidad de capacidad de agencia en el conjunto de la población afectada (centralización) con el requerimiento de recoger las dinámicas locales/territoriales (descentralización).
De partida, es crucial la capacidad que pueda mostrar el Estado en llegar a la sociedad y sus sectores más vulnerables. La enormidad de los paquetes fiscales en curso no va a ser efectivos si no son oportunos y cubren la totalidad de las necesidades básicas de la población. Más que un estado grande se necesita un estado vigoroso y con vasos comunicantes con todos los sectores de la sociedad. Y como las necesidades de la población son diversas según los distintos territorios y sectores sociales, saber recoger las especificidades locales contribuirá a la efectividad de la acción estatal.
En un nivel nacional son ilustrativos los manejos de la pandemia en Francia, Estados Unidos y Alemania. Francia ha mostrado una alta capacidad de gestión centralizada, proveyendo y asignando recursos con una buena mirada del conjunto, pero sin poder evitar ser solo reactiva en una buena cantidad de situaciones. Estados Unidos, con su estructura federal (cincuenta formas de experimentar soluciones para un problema) ha evidenciado la gestión de estados muy proactivos (California) frente a la pandemia, pero otros muy rezagados. Y la administración Trump no ha contribuido a una buena coordinación de las gestiones descentralizadas, comunicando en forma deficiente el problema, incluso negacionista (descentralización con coordinación central insuficiente).
Alemania, en cambio, se ha distinguido por acciones diferenciadas en sus respectivos territorios con una eficiente coordinación del gobierno central de la gestión de los diferentes estados (Länder). De hecho, Alemania es el primer país occidental desarrollado que ya estaría volviendo a retomar las actividades “normales”.
En un nivel local/regional, como lo es en la ciudad de Santiago en nuestro país, la evolución de la pandemia muestra que la fuerte segregación socioespacial de la ciudad está visibilizando que las comunas más vulnerables requieren ser apoyadas con acciones rápidas y de mucha envergadura. La acción de los gobiernos comunales ha sido importante en la manifestación de las realidades locales, pero el virus nos conecta a todos los santiaguinos, de manera que las acciones que se toman no pueden estar desconectadas del conjunto de la ciudad (y del país). Lo que está ocurriendo en Recoleta depende mucho de cómo se vive en la comuna, pero también influye -y mucho- de sus relaciones comerciales y de servicios con el resto de la metrópolis. Y así en todas las comunas metropolitanas.
Pero estamos viendo que la instancia de coordinación de las instancias locales, incluidas las de la región metropolitana, es el gobierno central que se entiende para ello con 346 comunas en el país. Es mucha complejidad de gestión que está implicando llegar tarde en muchos municipios, y probablemente sobrereacionando en otros. Más eficiente es una institucionalidad con capacidad de agencia regional, que pueda gestionar la complejidad de las interacciones que naturalmente se producen en una ciudad como Santiago, con 32 comunas, sin que eso signifique que se desatienda los requerimientos de las demás territorios del país. Una alcaldía mayor, o mejor aún, un gobierno regional metropolitano es lo que va a llevar a una mejor conducción de las relaciones con las comunas, y por añadidura a una mejor relación del gobierno central con las regiones, incluida la metropolitana de Santiago.
Por lo menos es la evidencia que muestra la experiencia internacional.
Desde O’Higgins
Por Fredy León Donoso, presidente del Capítulo Regional de O’Higgins de la Fundación Chile Descentralizado… Desarrollado
”…es posible afirmar que los alcaldes han sido, nuevamente, las autoridades políticas que mejor han reaccionado a las urgencias que nos ha planteado el hacer frente al COVID-19”
En el Chile de regiones, ese Chile que no se logra apreciar en los canales de televisión de señal abierta, del cual sólo nos relatan como un reservorio de anecdotarios para el turismo y la gastronomía, dado que nos invaden con información principalmente de “Santiago y el mundo”; en este Chile del norte, del centro y del sur, este Chile insular, continental y antártico. Desde este Chile se ha ido tomando conciencia que no podemos seguir esperando que las soluciones a nuestros problemas “locales” sean resueltos de manera eficiente y efectiva desde el “Centro” político del país, a propósito de la experiencia empírica que nos deja el manejo de la pandemia del COVID-19.
Este centralismo asfixiante ya no resiste mucho más tiempo. A partir de la experiencia es posible observar una serie de aprendizajes que debemos asumir en un futuro muy próximo sobre nuestro modelo de desarrollo económico, el modelo educativo, el modelo de salud, el modelo de sociedad, y, por cierto, nuestro modelo político administrativo.
En esta oportunidad quisiera hacer énfasis en un aspecto de nuestro modelo de desarrollo, el cual debemos repensar hacia el futuro y hacernos cargo, pero desde una mirada local y regional, territorial, social y política.
No podemos seguir esperando, como “Penélope” de la canción de Serrat, que lleguen a las regiones y comunas alejadas del centro las soluciones que por años han esperado los ciudadanos de nuestros territorios. Muy distinto sería si en contraposición a lo que existe en la actualidad tuviéramos Municipios y Gobiernos Regionales más empoderados, fortalecidos en sus atribuciones y en el manejo del presupuesto, lo que por estos días comienza a ser una necesidad de carácter urgente, pues la crítica situación actual pone al desnudo las falencias de nuestro sistema político centralizado.
El caso de los alcaldes da cuenta que esto del “empoderamiento” político es muy importante, empoderamiento con el cual no cuentan los actuales Intendentes (as), porque los alcaldes y alcaldesas sienten la presión de los habitantes de sus comunas por que se implementen medidas en favor de sus intereses, que en este caso se trata del interés general de la población por el resguardo de la salud pública. En función de la experiencia que podemos observar en nuestra región de O’Higgins, y por cierto que también en otras regiones del país, es posible afirmar que los alcaldes han sido, nuevamente, las autoridades políticas que mejor han reaccionado a las urgencias que nos ha planteado el hacer frente al COVID-19, con matices por cierto, como siempre, pero no cabe dudas que son estas autoridades las que han implementado medidas que han ido mucho más allá de las medidas estériles y de los mensajes confusos de la autoridad regional y nacional.
La reflexión que podemos hacernos en este momento es ¿cuál sería la situación en nuestras regiones con autoridades regionales electas por la ciudadanía? ¿cómo sería su actuar para enfrentar los problemas de los habitantes de la región? ¿cómo habrían respondido estas autoridades con el debido empoderamiento que otorga el hecho de ser electos por la ciudadanía? De seguro que las respuestas son “muy distinto a la situación actual” ¿o me equivoco?
Hemos conocido casos de alcaldes que no han esperado la toma de decisión de las autoridades nacionales, menos aún a las más invisibles autoridades provinciales y regionales, y han implementado medidas excepcionales para restringir el acceso, por ejemplo, a los balnearios de nuestra región. Pudimos conocer el caso de las medidas tomadas en Paredones, Pichilemu, Litueche y Navidad, estas últimas comunas pudieron resistir la tentación de aquellos irresponsables que han estado al acecho para escaparse a sus actividades deportivas en el mar, pero desde hace unos días ya han comenzado a ser parte de la estadística regional de comunas con personas enfermas con COVID-19, como ocurre con Litueche y Navidad.
Un ejemplo de un modelo descentralizado, que ha ido generando respuestas cercanas a la preocupación de sus habitantes, es lo que ocurrió en Brasil, principalmente con los estados de Río de Janeiro y Sao Paulo, los más afectados por la pandemia en ese país. Ahí la autoridad y capacidad para hacer frente a la pandemia ha sido clara, empujada por los Gobernadores Regionales de esos territorios, porque si fuera por Bolsonaro, gran parte de las medidas tomadas en esos estados, como las cuarentenas, no las habría tomado el gobierno central. Todos sabemos o somos capaces de darnos cuenta que el principal interés del primer mandatario de Brasil es la economía, por sobre la salud de las personas, lo que ha quedado claro desde que el COVID-19 llegó a Sudamérica, siendo el primer caso documentado el que ocurrió con un ciudadano de ese país, en el estado de Sao Paulo.
Lo que ha quedado claro en la absurda disputa de Bolsonaro con los Gobernadores Regionales de Sao Paulo y Río de Janeiro es la importancia de contar con un modelo descentralizado para hacer frente a situaciones complejas, donde las atribuciones de los gobiernos regionales (y también de las municipalidades) son claves para hacer frente a situaciones como la que vivimos en la actualidad con el COVID-19.
Afortunadamente Chile no debe lidiar con un estilo de liderazgo político como el que hoy tiene Brasil. Tan sólo imagínense cómo estaríamos en Chile si nos hubiera tocado esa mala fortuna. Tampoco es que tengamos en el país un historial de medidas acordes con la emergencia sanitaria que vivimos, pues de otro modo no podríamos explicar el explosivo aumento de contagios en esta última semana, la que es consecuencia de los mensajes confusos y de lo que no se hizo o se dejó de hacer desde hace dos semanas atrás.
Sin duda que la situación habría sido mejor si contáramos con un modelo descentralizado en el país, un esquema político a nivel regional donde la autoridad tuviera la legitimidad, empoderamiento y recursos acordes con los desafíos que la pandemia nos ha impuesto. Impedir que la arquitectura política cambie hacia un modelo más descentralizado es seguir asfixiando a las regiones y sus comunas, por lo tanto, también a sus habitantes.
Yo no seré cómplice de que todo se mantenga igual, porque si hay algo que nos ha enseñado la actual situación que vivimos, es que MUCHAS COSAS DEBEN CAMBIAR, entre ellas, que debemos comenzar a elegir a nuestras autoridades regionales y no seguir con un esquema de designación a dedo del Presidente de la República. Debemos trabajar “en serio” en fortalecer las atribuciones de los Gobiernos Regionales y las Municipalidades, debemos avanzar en un modelo de financiamiento regional y local que fortalezca a las regiones, pues son estas medidas las que nos permitirán avanzar en un modelo de desarrollo más equitativo para los ciudadanos de regiones.
Desde Maule
Por Jorge Navarrete Bustamante Presidente Junta de Adelanto del Maule. Presidente del Capitulo Regional Maule. Fundación “Chile descentralizado… Desarrollado”.
La región necesita de un líder, pues ya basta de incompetencias e indolencias. Vaya que ha costado caro no poder elegir nuestro Gobernador Regional.
No ha sido fácil enfrentar la pandemia en nuestra región por la débil legitimación de sus autoridades, escaso poder operativo, y por los elocuentes errores de las autoridades designadas, desde el ejecutivo regional (que tuvo que excusarse públicamente debido a prejuzgar a funcionarios públicos del sector salud sin esperar el dictamen de la contraloría) hasta el oficial al mando en el Estado de Excepción que reabrió el casino de apuestas.
La ciudadanía talquina, por ejemplo, además desafía a la autoridad deambulando por las calles principales.
En general han sido las autoridades territoriales electas las que más se respeta, especialmente los alcaldes y Consejeros Regionales (COREs) que, transversalmente, han logrado interpretar y resolver las problemáticas de urgencia en cada comuna, provincia y región.
Y es así porque no trabajan las autoridades edilicias, ni en general los COREs, a control remoto, manipulados por centralismo capitalino.
Dicho de otro modo, cuando se está cerca de la gente no se puede politizar una pandemia ni crisis a límites semejantes.
Por ello más que antes necesitamos de líderes positivos, capaces, creíbles, tan compasivos como realistas; empero también con autonomía para tomar decisiones oportunas, eficientes y eficaces; con equipos de confianza que vivan acá en el Maule, que conozcan a la gente y asuman resoluciones responsables cuyas consecuencias las “vivan” acá, aunque a veces se equivoquen, pero que sea de buena fe, y no por obediencia al “señor” de la metrópoli.
Si hasta Trump tuvo que reconocer a los Gobernadores que él quería sobrepasar…
Sin embargo, se precisa de los recursos a tiempo para utilizarlos, y no descender en la burocracia si llegará o no de Santiago el respirador artificial y los insumos correspondiente, por lo que es imperioso contar con los presupuestos suficientes y se planifiquen regionalmente.
Si hasta se han contratado las dependencias de una clínica privada –muy lesionada económicamente- y se renuncio al llamado “hospital italiano”, de propiedad de la Universidad de Talca, que se había ofrecido a gratuidad.
Es que si faltan líderes en nuestro amplio espectro territorial maulino… Si la estrategia es principalmente economicista; y si un segmento notable de la ciudadanía piensa que esta pandemia es banal, paseándose por calles y centros comerciales para adquirir bienes superfluos: faltarán ataúdes en Talca.
La región necesita de un líder, pues ya basta de incompetencias e indolencias. Vaya que ha costado caro no poder elegir nuestro Gobernador Regional… Y que sirva de lección ésta demora para quienes sobrevivan a este flagelo.
Estamos en problemas.
No tenemos un líder que obre con pericia y con capacidad de antelación en pos del principal objetivo estratégico que hoy, en el marco de una visión compartida todos los maulinos y maulinas, aspiran: frenar el contagio del coronavirus, salvar el máximo de vidas, y honrar con actos concretos el compromiso de una vida digna a la ciudadanía toda, de ésta maravillosa Republica, llamada Chile, y de nuestra querida región del Maule.
Desde Ñuble
Por Directorio Capitulo Ñuble de la Fundación Chile Descentralizado
“El aumento de la cesantía y el pago de su seguro son temas preocupantes. Por su estacionalidad el desempleo tiende a aumentar en periodos de otoño-invierno y este año lamentablemente se verá agravado”
¿Cómo ven Ustedes la dinámica de la pandemia en su región? ¿Hay aspectos particulares de vuestro territorio que han marcado dicha dinámica?
Durante esta pandemia Ñuble ha enfrentado una situación aún más compleja que otras regiones, ya que el número de infectados de Covid19 por cada 1.000 habitantes ha llegado por momentos a niveles proporcionalmente muchos más altos que incluso la región metropolitana, siendo por ello una de las primeras regiones en las cuales se decretó cuarentena total para su capital, la ciudad de Chillán. Si hay algo que podemos considerar particular en la región de Ñuble es el aislamiento que se ha generado en las comunas más pequeñas, por la implementación del cordón sanitario en las semanas recientes en las ciudades de Chillán y Chillán Viejo. Esta situación que es aún más particular para la región considerando su alto nivel de ruralidad (30,6%, INE 2018)
¿Con qué casos o ejemplos concretos Uds ejemplificarían las cosas que se podrían haber hecho de forma distinta, o claramente mejor?
Se ha notado el centralismo en la lentitud de las autoridades locales para reaccionar a la hora de proveer fondos para generar soluciones, así como para gestar alianzas con actores locales a fin de trabajar en diagnósticos y soluciones pertinentes.
La solución a los problemas locales ha resultado muy lenta desde lo público a lo privado, gestionar el aplazamiento de un crédito por ejemplo resulta un trámite muy engorroso, y más largo sea el periodo de trámite más complejo se hace la situación financiera de los microempresarios. Como sabemos los bancos son entidades muy centralizadas lo que hace aún más lento el proceso de toma de decisiones desde el ámbito regional, en especial para una región pequeña como Ñuble.
En el ámbito de las medidas sanitarias, si bien existen, su ejecución no es clara y las autoridades locales no siempre han aplicado todo el rigor en su ejecución, generando a veces una sensación de falsa normalidad. No han existido señales claras desde el gobierno central en relación a temas tan delicados como el año escolar y eso está afectando fuertemente al sistema escolar de la región.
El aumento de la cesantía y el pago de su seguro son temas preocupantes, especialmente para Ñuble. Por su estacionalidad el desempleo tiende a aumentar en periodos de otoño-invierno y este año lamentablemente se verá agravado.
¿Creen Uds que si hubiera una mayor descentralización y contarán con mayores facultades, se podría abordar mejor la pandemia? ¿Y por qué?
Una situación como la actual pandemia, requiere de líderes regionales proactivos, capaces de aunar esfuerzos e instalar capacidades locales, trabajar con las instituciones y actores territoriales.
Como sabemos la estructura gubernamental es totalmente vertical. Las autoridades regionales actualmente tienen muy poco espacio para toma de decisiones.
La figura de Gobernadores Regionales elegidos creemos será un verdadero aporte para una toma de decisiones más proactiva y que atienda de mejor forma las demandas de los territorios.
En regiones tenemos que confiar en nuestras capacidades y fortalezas, el centralismo también es culpa de nosotros mismos. Ñuble es una región nueva y nació por una demanda de una mayor autonomía, debemos actuar en consecuencia.
Desde Biobío
Por Armando Cartes Montory, Abogado e historiador, Presidente Capítulo Regional BíoBío, Fundación Chile Descentralizado
“La experiencia federal alemana en esta crisis así lo muestra; al sumar la coherencia de las directrices centrales con la credibilidad y la capacidad de despliegue territorial de los Länder, ha podido enfrentar en mejor forma que sus vecinos la pandemia”
¿Cómo ven Ustedes la dinámica de la pandemia en su región? ¿Hay aspectos particulares de vuestro territorio que han marcado dicha dinámica?
Como partimos de una expectativa muy dramática, a la luz de los eventos de España e Italia, la percepción es que la situación está relativamente controlada. Buena parte de los casos corresponde a brotes focalizados y no se aprecia un descontrol.
El Gran Concepción opera como una metrópolis, al igual que Santiago, de manera que la situación de las comunas es interdependiente, lo que exige una adecuada coordinación, información actualizada y una autoridad sanitaria competente y empoderada para hacerse cargo de los eventos, a medida que se desarrollan.
La condición de metrópolis ha exigido, en ocasiones como los feriados largos, la imposición de cordones sanitarios o en comunas específicos. Lo anterior genera algunas confusiones y distorsiona el funcionamiento de la ciudad entera, pero es inevitable y se justifica por las circunstancias.
Esperamos que en las próximas semanas el temido incremento rápido de casos no ocurra; para lo cual resulta necesario que la población mantenga una conducta responsable de autocuidado.
¿Con qué casos o ejemplos concretos Uds ejemplificarían las cosas que se podrían haber hecho de forma distinta, o claramente mejor?
Creo que la deslegitimación de la clase política en general, la polarización del país y la virulencia de las redes sociales conspira contra cualquier política que requiera unidad de acción y de propósito. Es claramente el caso de una pandemia como la que vivimos. Habría sido conveniente mostrar más unidad entre gobierno y oposición, mayor consenso y comunicación con la sociedad civil de parte del gobierno y más cooperación de parte de la oposición. Pero a estas alturas, hay un nivel de diálogo político razonable; solo ansiamos que las circunstancias no se agraven.
¿Creen Uds. que si hubiera una mayor descentralización y contarán con mayores facultades, se podría abordar mejor la pandemia? ¿Y por qué?
Creo que el balance entre descentralización y poder centralizado es una ecuación dinámica y compleja, que debe considerar las materias, las realidades locales y, en un caso como la actual pandemia, las circunstancias.
Por un lado, el saber experto no puede parcelarse en el territorio y se requiere una gestión sanitaria firme y centralizada; de otra manera los municipios, por ejemplos, pueden actuar impulsados por falsa ciencia, afanes populistas o electorales, o por la simple presión de grupos de vecinos, al margen del interés general. Se requiere, además, coordinación territorial, pues de otra forma las amenazas, en vez de abortarse con medidas restrictivas, podrían meramente desplazarse entre comunas.
Por otro lado, es muy difícil, sin embargo, en los actuales tiempos, que una autoridad centralizada tenga la potestad y el conocimiento para resolver e imponer por sí, lo que es pertinente a cada territorio particular. La experiencia federal alemana en esta crisis así lo muestra; al sumar la coherencia de las directrices centrales con la credibilidad y la capacidad de despliegue territorial de los Länder, ha podido enfrentar en mejor forma que sus vecinos la pandemia.
Desde Araucanía
Por Mario Rozas Poblete, Presidente Capítulo Araucanía Fundación Chile Descentralizado
“Creemos que en nuestra región el peor escenario de la pandemia estará ligado a invierno, ya que, según estudios, la contaminación del aire es un factor que profundiza los efectos del Covid19, y se debe considerar que tenemos ciudades que se encuentran dentro de las más contaminadas de América Latina”
¿Cómo ven Uds la dinámica de la pandemia en su región? ¿Hay aspectos particulares de vuestro territorio que han marcado dicha dinámica?
La región de La Araucanía ha sido una de las más afectadas a nivel nacional en cuanto a número contagiados y fallecidos a causa de la pandemia. Pero no sólo eso, debido a que además es la región más pobre de Chile y con una de las tasas más altas de empleo informal, se ha producido un enorme efecto económico y social por la cuarentena.
Por otra parte, en cuanto a los aspectos territoriales, la Araucanía es la región con la mayor extensión vial (y en mal estado) del país debido a su enorme ruralidad, teniendo a su vez una gran dispersión de sus localidades y su gente. Esto también dificulta la llegada oportuna de ayuda y medidas frente a la emergencia sanitaria, especialmente en un escenario donde las decisiones se toman de manera centralizada.
Creemos que en nuestra región el peor escenario de la pandemia estará ligado al invierno, ya que, según estudios, la contaminación del aire es un factor que profundiza los efectos del Covid19, y se debe considerar que tenemos ciudades que se encuentran dentro de las más contaminadas de América Latina.
¿Con qué casos o ejemplos concretos Uds ejemplificarían las cosas que se podrían haber hecho de forma distinta, o claramente mejor?
En La Araucanía el inicio de los peak más altos de contagios coincidieron con la cuarentena obligatoria que sufrieron todas las autoridades de gobierno presentes en la región, desde el Intendente junto al Jefe de Defensa del Ejército, hasta muchos de los seremis clave para enfrentar la emergencia, como fue Salud.
Estar varios días sin ninguna autoridad de gobierno que tomase decisiones en momentos tan clave para enfrentar la emergencia, gatilló un sostenido aumento de los casos, que derivó en que Temuco, capital regional, fuese la comuna con mayor cantidad de contagios en Chile.
El Gobierno, para revertir este complejo escenario, siempre con una mirada centralista de la situación, tomó la errada decisión de designar una Delegada Presidencial de Santiago, desconociendo la existencia de recursos humanos propios en la región. Días después, sería interrumpida su estadía en la región ya que se solicitó que se retornara a la capital. Este hecho político muestra uno de los problemas que se generan en las emergencias a causa de las políticas centralistas, y tiene que ver con la falta de autoridades legitimadas y con posibilidad de tener continuidad en su rol y así poder implementar políticas con pertinencia y mirada de mediano y largo plazo.
Creen Uds que si hubiera una mayor descentralización, y contarán con mayores facultades, se podría abordar mejor la pandemia. ¿Y por qué?
En La Araucanía, mucho antes que el gobierno central comenzara a implementar medidas directas para prevenir los contagios, fueron las propias municipalidades que iniciaron diversas estrategias, desde decretar cuarentenas preventivas comunales, instalar dispositivos de sanitización, utilizar tractores para rociar líquidos sanitizantes en las calles, iniciar rondas médicas a domicilio para que los grupos de riesgo no salieran de sus casas, volcar los recursos a ayuda social para paliar los efectos de la cuarentena, entre muchas otras medidas con pertinencia de acuerdo a la realidad de cada territorio.
Lo anterior esquematiza las diferencias en cuanto a la capacidad de reacción entre las entidades centralizadas y las que tienen asiento en los propios territorios, como son las municipalidades, que, a pesar de contar con escasos recursos financieros y humanos, han sido capaces de liderar la crisis.
Un gobierno altamente centralizado no puede llegar a todas partes, ni menos llegar a tiempo. Si hoy hubiésemos contado con una institucionalidad más descentralizada, se podrían haber implementado diversas medidas de manera oportuna, como son las relacionadas con la implementación de cuarentenas y su respectiva fiscalización; la preparación de la infraestructura y recursos humanos del área de la salud; la mitigación del impacto económico, social y cultural de la cuarentena; y la atención particular de los grupos de riesgo que son atendidos en su gran mayoría por los servicios municipales de salud y ayuda social.
Esta no será la última pandemia que debamos enfrentar como humanidad y como sociedad. Es por ello que es responsabilidad de todos sacar aprendizajes de esta experiencia, así como impulsar hoy más que nunca la descentralización para generar condiciones que permitan tener buenas condiciones de vida para todos los habitantes de Chile y en todos sus territorios.
Desde Los Ríos
Por José Araya Cornejo, Presidente Capitulo Región de los Ríos de la Fundación Chile Descentralizado, Desarrollado
“Un tema que debe quedar en nuestra agenda es que la descentralización hay que discutirla también para nuestro sistema nacional de emergencia. Este debe permitir una participación activa y con canales formales para los diversos actores de la sociedad civil, y también que las acciones (aunque sean nacionales) tengan una mayor aporte local y pertinencia territorial”
¿Cómo ven Uds la dinámica de la pandemia en su región? ¿Hay aspectos particulares de vuestro territorio que han marcado dicha dinámica?
Los Ríos es un territorio pequeño, más fácil de manejar y controlar por su tamaño y accesos. Esto hace las tareas algo más accesible a las autoridades, como a la sociedad civil, para monitorear el desarrollo de la pandemia y de las acciones que se han propuesto desde el nivel central, como de las propuestas a nivel local. Por ahora la evolución en la región ha sido estable con una baja cantidad de confirmados. (De los 206 casos confirmados para la región (domingo 09 de mayo) hay 37 activos y 5 fallecidos.
Contamos con una sociedad civil activa que ha logrado generar distintos espacios de opinión e información para los actores de la sociedad civil y de articulación para cooperar con las autoridades, y presionar para nuevas acciones con más pertinencia local. Se logró crear una Mesa Técnica Regional del Covid 19 que coordina el Intendente y participa la Seremi de Salud, Seremi de Ciencias y fueron invitados el Colegio Médico, las universidades (todas las presentes en la región) y la Asociación de Municipios. Las organizaciones comunitarias crearon una Coordinación regional donde participan dirigentes de Juntas de Vecinos, Cosoc, organizaciones ciudadanas, gremios sociales y productivos. Esta Coordinación tiene un canal de comunicación directa con el Jefe de Zona del Estado de Emergencia, a través del comandante Jefe de Asuntos Civiles y se presionó para que se incorpore un representante en la Mesa Técnica Regional que coordina el Intendente.
Por último, Los Ríos tiene una opción de desarrollo clara. Si revisamos las acciones comunitarias de control de la pandemia veremos que las más públicas y polémicas (porque se han hecho sin autorización o apoyo formal de autoridades municipales) se han activado en zonas con una clara vocación turística. Un ejemplo relevante es Panguipulli, con 0 casos hasta ahora y las zonas costeras con muchas visitas de fin de semana, que han cerrado o controlados sus accesos. Los dirigentes saben que mantener cifras bajas de contagio implican mayor protección para su comunidad y un sello que puede ser relevante para la temporada que viene.
¿Con qué casos o ejemplos concretos Uds ejemplificarían las cosas que se podrían haber hecho de forma distinta, o claramente mejor?.
En el ámbito de la generación de espacios para la coordinación con actores públicos, privados y comunitarios. Muchas de las coordinaciones actuales nacen de la preocupación que genera la falta de información y de canales de participación o por la necesidad de cooperar. La falta de canales de información formal deriva en desinformación o mala información que genera efectos negativos en la población y cultiva la desconfianza. Esto se podría haber hecho mejor desde el principio. Activar coordinaciones para distintos momentos de la crisis. Un buen ejemplo es la confección de mascarillas en los barrios urbanos y zonas rurales que promovieron las organizaciones comunitarias, que se ha hecho con aportes locales, sin apoyo formal del gobierno regional o municipal. Con la sociedad civil podría ser un canal para socializar las medidas de prevención, generar co-responsabilidad en el control sanitario en lugares complejos (accesos a lugares más sensibles (turismo), ferias libres, etc) y mejorar los canales para servicios sociales que se pueden hacer necesarios (como la alimentación).
En el caso de las universidades se podría haber generado un espacio de cooperación más especializado para el seguimiento de la crisis, la invención y fabricación de insumos sanitarios (como ocurre ahora), y para enfrentar las consecuencias futuras a nivel regional.
Todavía hay desafíos que trabajar en forma colectiva, como por ejemplo los efectos que dejará la pandemia a futuro y cómo deberán ser abordados. La evolución de la pandemia en la región (bajo contagio) permiten pensar en condiciones y acciones para una nueva normalidad, como criterios territoriales (comunas), económicos (tipos de actividades), qué servicios públicos o privados primero.
Un tema muy mal planteado, como fue el llamado al retorno laboral presencial de los servicios públicos, dejó varias preguntas, como por ejemplo qué servicios deben volver primero y bajo qué criterios?.
Creen Uds que si hubiera una mayor descentralización y contarán con mayores facultades, se podría abordar mejor la pandemia? ¿Y por qué?
Un tema que debe quedar en nuestra agenda es que la descentralización hay que discutirla también para nuestro sistema nacional de emergencia. Este debe permitir una participación y con canales formales para los diversos actores de la sociedad civil, y también que las acciones (aunque sean nacionales) tengan una mayor aporte local y pertinencia territorial.
Por otra parte, el rol de alcaldes y gobiernos locales. La torpe relación generada desde el gobierno con los alcaldes a nivel nacional y el sistema de salud primaria solo ha provocado enredos y recriminaciones. En el caso de la región la situación se agrava por la falta de relación y coordinación del gobierno con el alcalde de Valdivia, capital de la región. Situación que se repite en otras comunas, siendo varios de los ediles parte del mismo gobierno. Un ejemplo notorio de esta mala relación es la ausencia constante de los municipios en la Mesa Técnica Regional por el Covid19. Comunas donde los alcaldes han tomado sus propias iniciativas con sus equipos de salud, algunas muy acertadas (como los controles sanitarios) y otras sin sustento técnico y que responden más a un clamor general que exige mas protección (como las cuarentenas totales). El caso de la atención de salud primaria también es elocuente. En una primera etapa sin una coordinación clara con el Servicio Salud. Hay que considerar que el servicio de salud municipal es la primera entrada para una parte importante de la comunidad.
Temas que se pueden enfrentar mejor con facultades (leyes, reglamentos) pero que también requiere de un cambio en la cultura política y de relación del Estado con la población. El manejo de la crisis en la región nos muestra que el centralismo funciona en ambos sentidos. Una autoridad regional con poder que responde a un mando centralizado y con amplio margen discrecional para operar (ya que son los únicos que proponen y ejecutan las acciones de prevención que decide el gobierno). Pero también una parte relevante de la comunidad acostumbrada a una autoridad que manda y resuelve, con dirigentes con bajo conocimiento y espacios para abordar una emergencia, con limitadas capacidades de gestión y muchos sometidos a la voluntad de la autoridad.
Ejemplos: gente que no se puso mascarillas, aunque autoridades locales, de salud y dirigentes locales lo pedían, hasta que la autoridad lo mandató (Decretos y Ordenanzas). Dirigentes que exigen y esperan un policía o militar en su calle o barrio para que los proteja o se haga cargo de los vecinos que no respetan las normas impuestas.
A las autoridades, en general, les acomoda el modelo centralista. Menos coordinaciones y opiniones hace la pega más fácil. Esto deja un margen sin control para el (mal) uso de la crisis para otros fines, como es el caso de alcaldes en ejercicio o postulantes a alcalde que andan en campaña. Esta discrecionalidad es compleja ya que se generan acciones que no tiene control social y que da cuenta de otra debilidad en el caso municipal, la escasa capacidad de control y fiscalización del Consejo Municipal.
Junto con la descentralización un tema relevante sigue siendo la confianza en las autoridades. Un ejemplo de esto fue en la primera etapa de la emergencia sanitaria (marzo) con autoridades regionales pregonando sobre las normas de prevención y sin ninguna protección en sus salidas públicas. El llamado a la nueva normalidad fue el mejor ejemplo ya que produjo un efecto inmediato de retorno de gente a las calles Este viernes circuló una noticia de una fiesta privada de funcionarios regionales y municipales, sin mascarillas ni distanciamientos social, lo que se volvió un escándalo nacional.
Desde Los Lagos
Por Luis Durán Branchi, Geógrafo, miembro del Capitulo Regional Los Lagos de la Fundación Chile Descentralizado
“La ciudad de Osorno tiene el 60% de los casos por contagio de corona virus. La región tiene varias características que facilitan el confinamiento, una es la condición de ruralidad e insularidad de una parte importante de su territorio y la segunda es el hábito de las familias a permanecer dentro de sus casas por motivo del frío y la lluvia”
¿Como ven ustedes la dinámica de la pandemia en su región? ¿Hay aspectos particulares de vuestro territorio que han marcado dicha dinámica?
La región de Los Lagos ha tenido a la ciudad de Osorno como el principal foco de la pandemia de Covid19; sin embargo, los primeros casos se produjeron en un crucero, el Silver Explorer que estuvo primero a la gira frente a Castro y posteriormente en la bahía de Puerto Montt con 21 casos de contagios, cuyos pasajeros fueron evacuados en diversos vuelos hacia sus países de origen, aunque cinco personas quedaron hospitalizadas en la región.
La ciudad de Osorno tiene el 60% de los casos por contagio de corona virus. La región tiene varias características que facilitan el confinamiento, una es la condición de ruralidad e insularidad de una parte importante de su territorio y la segunda es el hábito de las familias a permanecer dentro de sus casas por motivo del frío y la lluvia. Quizá estas circunstancias hayan cooperado y no se hayan producido nuevos focos o brotes en otros lugares de la región sobre todo en los mayores centros poblados de la provincia de Llanquihue y Chiloé. La pronta instalación de la barrera en Pargua y Chacao que impidió el traslado de personas y vehículos entre la Isla Grande y el continente también fue una medida que colaboró a impedir la propagación de los contagios.
¿Con qué casos o ejemplos concretos Uds. ejemplificarían las cosas se podrían haber hecho de forma distinta, o claramente mejor?
La pandemia producida por el Covid19 deja en evidencia importantes falencias en la región. Uno de los innovadores proyectos desarrollados en la región sur austral que tiene una extensión de 3000 kilómetros de los cuales 2900 kilómetros corresponden a cable submarino y que uniendo mediante fibra óptica las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes, no se ha puesto en funcionamiento a pesar que el proyecto se encuentra finalizado desde hace seis meses, por discrepancias entre los operadores de los sistemas de telecomunicaciones y los proveedores, condenando a casi 500 mil hogares al peor servicio de voz y datos del país. Hubiese sido muy diferente enfrentar el confinamiento de las familias con un buen sistema de internet tanto para el trabajo a distancia como para los estudiantes, asunto que es muy difícil en la actualidad en nuestras regiones. Lo que llama la atención es que aquí no hay un problema generado por la falta de infraestructura, sino un asunto relacionado con los valores a pagar por el uso, aquí el Estado nacional puso un importante subsidio que las empresas de telecomunicaciones quieren sumar a su favor. El gobierno regional de Los Lagos se ha mantenido al margen de este asunto a pesar de lo urgente que es su resolución.
Creen ustedes que si hubiere una mayor descentralización, y contaran con mayores facultades, se podría abordar mejor la pandemia? ¿Y por qué?
La descentralización de las regiones es un objetivo que debemos seguir empujando, aunque la pandemia tenga una distribución y efecto global. Quizá lo más evidente de estos días es la falta de servicio de las instituciones públicas en las ciudades del país. La administración pública en las regiones es débil, quedó en evidencia después de la revuelta de octubre. Más, los funcionarios públicos se sumaron a las protestas quedando muchas veces en evidencia la falta de servicios a la comunidad, los funcionarios públicos se saben parte de una institucionalidad nacional no regional y se sumaron a las críticas al gobierno en Santiago. Construir una institucionalidad con vocación regional será una de las tareas importantes a desarrollar en el futuro es por ello que posponer la elección de gobernadores regionales fue una bofetada a las regiones y sobre todo a un proyecto de desarrollo que necesariamente los territorios requieren desplegar con urgencia. Mayores facultades a las regiones nos dejarían mejor preparados para enfrentar cualquier desafío futuro, no sólo el de futuras pandemias, nos obliga también a mayores responsabilidades y compromisos para con la población. Allí es donde se deberán extender todas las capacidades de los territorios.
Desde Aysén
Por Irina Morend Valdebenito, Presidenta Capítulo regional Aysén de la Fundación Chile Descentralizado…Desarrollado
“¿Qué se exige desde la comunidad? Primero, el interés regional por sobre el interés nacional. Esto significa que la información sea rápida, eficiente, certera y pertinente. Segundo, acción y no reacción. Significa que los tomadores de decisiones se anticipen, tomen medidas preventivas y no solo reaccionen a la presión social. Tercero, autonomía. Que las autoridades locales cuenten con facultades y atribuciones pertinentes para prevenir y cuidar a los habitantes de sus territorios”
“Nuestro problema es que estamos aislados…”, es una frase que se ha reiterado en el discurso local, a lo largo de algo más de 100 años de historia. No es exagerado. Es intuitivo, nace de la experiencia de los habitantes de una región que posee una de las geografías más insurrectas para el Estado. Aunque es parte de nuestra epigenética, el aislamiento se ha ganado una mala reputación: la de un problema, de des-conectividad y abandono. Curiosamente en una de las regiones con mayor presencia estatal y en la que cae con mayor fuerza el peso del centralismo.
El confinamiento es la regla, no la excepción, aunque esta frase describe mejor a las numerosas localidades rurales: Puerto Gala, Caleta Andrade, Ñirehuao, Puerto Guadal, Villa O´Higgins, Raúl Marín Balmaceda…, que son solo la muestra de un botón –mis disculpas por los omitidos- de vivir en el aislamiento territorial. Ese aislamiento de verdad, el que en condiciones climáticas desfavorables nos deja sin acceso, sin teléfono, sin internet, sin luz, varado y sin contagio de coronavirus. Pero seamos sensatos, sino se toman “medidas adecuadas y pertinentes”, éste no garantiza la inmunidad de la población y en estas comunidades tan pequeñas y familiares la tensión por contagiarse también prevalece.
Pero las comunidades -y no nos sorprende luego del 2012- han demostrado el empoderamiento instintivo. Chacabuco con su poder de movilización lideró un proceso de negociación con el sector salmonero y autoridades para gestionar la crisis aplicando medidas de control, testeo y difusión. A este último se han sumado otras comunidades del litoral, que facilitan el control e ingreso desde otras regiones a puertos de la región. Lo suyo han hecho los alcaldes junto con sus comunidades al poner barreras de ingreso -inclusive al margen de sus facultades- como en Tortel, O´Higgins, Cochrane y Cisnes, y de la misma manera se han opuesto al regreso a las clases presenciales. Y me permito exponer, que esto no es populismo, es responsabilidad ¿saben por qué?, porque en esta región los habitantes no votan por políticos sino por personas, muchos de ellos naturales de su comunidad.
Pero también existe un confinamiento más urbano, por el hecho de estar geográficamente desconectado del resto del país. La mayor preocupación, se vive en las ciudades, grandes para nosotros, pequeñas para “el nivel central”, principalmente Coyhaique y Puerto Aysén, por la contaminación del aire de partículas en suspensión derivadas del consumo de leña que calefacciona viviendas y todas aquellas edificaciones públicas o privadas que son ocupadas por los Ayseninos.
Bajo este problema territorial hay dos tesis: una, señala que, bajo ciertas condiciones meteorológicas con humedad y humo, que denominan emergencia ambiental, se incrementan exponencialmente las enfermedades respiratorias y que afectan con mayor dureza a infantes y adultos mayores; y otra, indica que el impacto del virus tendría un efecto mayor en este tipo de condiciones ambientales (Department of Biostatistics, Harvard T.H. Chan School of Public Heath, Boston, USA. Abril 2020). No obstante, ya con la primera, el efecto en salud de un infante, adulto mayor u otro con enfermedades respiratorias previas, aumentaría el riesgo con consecuencias nefastas. La trasmisión o contagio se puede evitar, retardar o rehuir, pero no garantizar su eliminación.
Pero ¿cuál es el rol que juega el centralismo en esto? Antes de conjeturar respuestas es importante señalar que el centralismo es contraintuitivo, representa ineficacia, poca pertinencia y lentitud. ¿Por qué?, porque el establishment regional espera instrucciones y protocolos, y el nacional, cuestiona y sanciona las resoluciones autónomas. Hemos visto que el centralismo no es la mejor estrategia, dado que, cada vez que aparece un nuevo caso de Covid-19 en una comunidad tan interrelacionada, las redes sociales operan a una velocidad tal que se genera información tanto verdadera como falsa, especulación, hasta linchamientos, y las autoridades regionales “deben” esperar órdenes centrales para entregar información regional; un ejemplo claro, “el Caso N°8”, recientemente confirmado en Coyhaique, que daría paso a la tan temida Fase 4 del virus, es decir, difusión comunitaria en la cual no se puede trazar su origen. Es resultado es el pánico social y convengamos que el contagio también es exponencial.
¿Qué se exige desde la comunidad? Primero, el interés regional por sobre el interés nacional. Esto significa que la información sea rápida, eficiente, certera y pertinente. Segundo, acción y no reacción. Significa que los tomadores de decisiones se anticipen, tomen medidas preventivas y no solo reaccionen a la presión social. Tercero, autonomía. Que las autoridades locales cuenten con facultades y atribuciones pertinentes para prevenir y cuidar a los habitantes de sus territorios, vale decir, requieren el respaldo de una Ley Orgánica Municipal que les confiera al menos una descentralización política y fiscal pertinente a su realidad y la garantía de una Ley Orgánica Constitucional Sobre Gobierno y Administración Regional que entregue mayores atribuciones para quien será nuestra autoridad regional electa: el próximo gobernador o gobernadora regional.
Desde Magallanes y la antártica Chilena
Por Lautaro Poblete Knudtzon-Trampe, presidende Capitulo Magallanes y Antártica Chilena de la Fundación Chile Descentralizado, en colaboración con la directiva del capitulo
“Es evidente que autoridades regionales elegidas con sufragio universal otorgaría una validación social de la que carecen las autoridades designadas desde el gobierno central para enfrentar una pandemia como esta”
¿Como ven Uds la dinámica de la Pandemia en su región?
Nuestros recursos de salud están siendo sobrepasados, a eso se suma la irresponsabilidad de parte importante de la población y la debilidad de las autoridades.
El virus llego a través de un grupo de turistas extranjeros, esto obligo a las autoridades sanitarias a inventariar sus recursos para concluir que no estaban preparadas para la emergencia.
La no existencia de protocolos sanitarios para enfrentar este tipo de pandemia afectó la capacidad de respuesta de los servicios regionales, sumado a que parte del personal de salud fue contagiado por el virus.
Hay que destacar que la Universidad de Magallanes puso a disposición su Laboratorio de Medicina Molecular de CADI-UMAG, cuyos diagnósticos son certificados por el Instituto de Salud Pública, por lo que no requieren viajar a Santiago.
Esto ha significado que la región de Magallanes se ha situado entre la más afectada por la pandemia, con una tasa de contagio de cerca 450 por 100 mil; es decir, una tasa de contagio similar a la de algunos países europeos seriamente afectados por esta pandemia.
¿Hay aspectos particulares de vuestro territorio que han marcado la dinámica de la pandemia?
Magallanes es una región insular, no conectada por tierra con el resto del país, con problemas que en muchos casos no tiene relación con el resto de Chile.
Hubo acciones que no se tomaron oportunamente, como haber suspendido las vacaciones estivales para prepararse para esta pandemia que ya era una realidad, o cerrar la frontera con Argentina (tráfico terrestre) y ralentizar el tráfico aéreo. Todo esto se podría haber transformado en una ventaja, esto que se visualiza perfectamente desde Magallanes, ha sido mal manejado desde Santiago, o ha existido un temor de las autoridades regionales. Esto no ha sido aprovechado con las consecuencias que están a la vista.
¿Con que casos o ejemplos concretos Uds ejemplificarían las cosas que se podrían haber hecho en forma distintas, o claramente mejor?
Durante 35 días de cuarentena se extendieron más de 400 mil permisos temporales a la población de Punta Arenas. Es decir, se trató de un período de cuarentena relativa. En los hechos, durante esos 35 días la tasa de contagio creció, por lo tanto puede esperarse que al levantarse la cuarentena el nivel de contagio se incremente. Existen serias dudas, si los servicios de salud regionales tienen la capacidad para responder a un aumento de los contagios, más aún de pacientes graves. Esta falta de firmeza de las autoridades políticas regionales puede traer consecuencias no deseadas.
¿Creen Uds que si hubiera una mayor descentralización y contarán con mayores facultades, se podría abordar mejor la pandemia ? ¿ Y por que ?
Es evidente que autoridades regionales elegidas con sufragio universal otorgaría una validación social de la que carecen las autoridades designadas desde el gobierno central para enfrentar una pandemia como esta. Lo que se esperaría de la autoridad es que ya tuviera equipos trabajando en la preparación de una estrategia productiva para impulsar la economía regional. Su potencial productivo es enorme, pero esto no se visualiza desde las autoridades centrales.