Opinión
Impulso ciudadano a la descentralización
El 3 de diciembre la Fundación Chile Descentralizado… Desarrollado y Huella Local con el apoyo de la Fundación alemana Hanns Seidel organizaron el seminario “Impulso ciudadano al proceso de descentralización”. En la oportunidad convergieron representantes de la Asociación de Gobernadoras y Gobernadores de Chile (AGORECHI), la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM), la Agrupación de Universidades Regionales (AUR), la Red de Centros de Estudios Regionales y Territoriales de las Universidades chilenas (REDCERT), la red de Consejos de la Sociedad Civil (Chile COSOC) y con participación de SUBDERE. Un momento para fundar una nueva etapa de un proceso que vive días difíciles.
La Montaña Rusa
Esto ha sido como una montaña rusa.
Tras la elección de los gobernadores regionales, cuando asumieron sus cargos con esperanzas genuinas el 14 de julio de 2021, corrieron el riesgo de ser transformados en meros administradores del FNDR. Organizaron la AGORECHI y remontaron.
Tras los compromisos serios desde el gobierno central “de abandonar el poder con menos poder para transferirlo a los gobiernos subnacionales” y la firma de un muy completo “Protocolo de Acuerdos” en enero de 2023, la restricción y el silencio.
No es primera vez en la historia de Chile. La propia formación de la República vivió el mismo proceso: Patria Vieja, Reconquista española, Patria Nueva, larga exploración en busca de un régimen político estable hasta llegar a la Constitución de 1833. 23 años de búsqueda para llegar al Estado centralizado que pervive hasta hoy. La descentralización comienza con esos mismos avatares.
Resulta oportuno recordar la frase de un estadista para referirse a uno de los Estados más centralizados de Europa: “Francia necesitó de un Estado centralizado para construirse como Nación, hoy necesita un Estado descentralizado para no destruirse como Nación” (Francois Mitterand, Lyon 1981). Lo mismo podemos decir del Chile de hoy cuando el régimen político está al garete y se mastican intentos de reformas tras los 2 procesos constitucionales fallidos.
Mucho más fácil es alcanzar gobernanzas participativas con acuerdos políticos transversales en el nivel local y regional que en el nivel nacional. Podemos ir construyendo la recuperación de la legitimidad de la política desde abajo hacia arriba con el avance gradual y progresivo de la descentralización.
Con la reciente elección de gobiernos subnacionales: Gobernadores, Alcaldes, Consejeros Regionales y Concejales (primera elección conjunta en la historia de Chile) renace la esperanza.
Es el momento de volver a las raíces. De proponerse el impulso ciudadano a la descentralización, de abajo hacia arriba, con la convicción que la democracia, el desarrollo sostenible y la calidad de vida se juega con buena gobernanza y participación de todas y todos.
Evaluación ciudadana
En el ámbito de la primera renovación de gobernadores regionales, con posibilidades de reelección, los ciudadanos han emitido su veredicto.
Un indicador potente es cuántos gobernadores han sido reelegidos y cuántos no.
Los datos son claros: el 56 % logró la ratificación de sus electores.
13 de 16 gobernadores fueron a la reelección (82%).
4 fueron reelegidos en primera vuelta (25%). 5 más en segunda vuelta (31%).
¿Cómo evaluar ese resultado?
A primera vista no es tan bueno. Una autoridad puede correr con ventaja a la hora de la reelección. Un poco más de la mitad cruzó el río.
Pero, hay que hurgar en el contexto. Junio de 2023: se descubre que una Fundación recibe recursos desde un SERVIU regional para fines indebidos. En los días siguientes el Contralor General de la República inicia la publicación de un listado de convenios objetados (por distintas razones) y marca la agenda. Medios de comunicación de alcance nacional comienzan a difundir algunos casos que atraen el interés de la audiencia. Parlamentarios de distintos colores ponen el grito en el cielo ocupando los matinales. La oposición cerca al ministro de Hacienda pidiendo la salida de la directora de Presupuestos. Surge la Circular 20 que amarra los procedimientos y exacerba los controles. Cada vez es más difícil ejecutar el gasto en beneficio de la población con calidad y oportunidad.
En ese contexto, un 56% no es tan malo.
Un método para el impulso ciudadano
Pero, ahora viene otra historia, las nuevas autoridades han presentado sus propuestas, han hecho campaña, son más reconocidos por sus electores. En diciembre y enero asumen alcaldes y gobernadores, concejales y consejeros. Una nueva etapa comienza.
En esa etapa los ciudadanos queremos estar.
Nos hacemos una autocrítica. Es hora de poner en valor los compromisos programáticos que asumen los 16 gobernadores con la inscripción de los programas en el SERVEL.
Conocerlos, acompañarlos, enriquecerlos, controlarlos. La participación ciudadana y el control democrático deben pasar de ser una consigna a una práctica sistemática, creciente, incidente o vinculante según el caso.
Las preguntas que, nos parece, deben responder los gobernadores electos y cuyo compromiso con la ciudadanía está expresado en los programas inscritos en el SERVEL son:
- ¿Cuál es su visión estratégica? ¿Es coherente con la Estrategia Regional de Desarrollo aprobada por cada Consejo Regional? ¿Aporta al avance de lo ya elaborado por los distintos instrumentos de planificación regionales y locales vigentes?
- ¿Qué dice el documento sobre el cómo realizar este programa? ¿Incorpora los elementos de gobernanza participativa que se han diseñado en las estrategias regionales de desarrollo?
- ¿Considera el documento que cada gobierno tiene las capacidades institucionales y humanas para llevar a cabo el programa? ¿Qué instituciones propone crear o fortalecer para reforzar esas capacidades? ¿Qué propone para fortalecer las competencias de sus funcionarios y de los distintos actores en el territorio?
- ¿Qué propone en cuanto al cumplimiento de la misión que la Constitución Política establece para los gobiernos regionales?
- ¿Hay algún foco o prioridad principal de las políticas o medidas que se proponen en el programa?
- ¿Cuáles son las propuestas de alianzas, asociatividad o fórmulas colaborativas que el programa incluye para mejor cumplir sus metas? ¿Se incluye en ello la asociatividad horizontal que está en la base de la AGORECHI?
La asociatividad es la clave
¿Cuáles son las tareas que vienen?
Dar a conocer a la ciudadanía los programas.
Crear grupos ciudadanos de colaboración y seguimiento de procesos.
Analizar los compromisos programáticos, estudiar y poner en práctica las formas colaborar con sus logros en favor del desarrollo sostenible y la calidad de vida, proponer mejoras, ejercer la crítica cuando sea necesario.
Proponer la institucionalización de la observación y el apoyo político y técnico.
En esta materia la clave es la asociatividad.
Aprender de la experiencia de la Asociación Chilena de Municipalidades, su carácter político transversal, su capacidad para tener ingresos propios, programas de formación y capacitación, instancias de intercambio de experiencias.
Aprender de la experiencia internacional, tal como se planteó en un Seminario organizado por la Fundación Chile Descentralizado con las Asociaciones de Gobiernos Regionales de Canadá, México, Ecuador y Perú (2021).
Proponerse el paso desde una asociación de personas, la AGORECHI actual, a una Asociación de instituciones: La Asociación de Gobiernos Regionales de Chile
Una institución con capacidad de generar instituciones que puedan observar, alertar y proponer acciones destinadas a velar porque los cambios institucionales y las políticas públicas permitan profundizar gradualmente el proceso de descentralización evitando que muchos incumbentes impongan nuevas formas de centralismo.
Esta es una propuesta para el desarrollo territorial colaborativo. Con el Estado y el gobierno nacional, con el Parlamento, con la Contraloría y otros órganos de supervisión. Y, por último, pero no menos importante, con todos los gobiernos subnacionales y con la ciudadanía en todos los territorios.