Noticias
La irrupción de la marea regionalista
“Es complejo que un punto de Chile, como es Santiago, decida por realidades que ni siquiera conoce”, opina tajante Andrea Pérez, una de las dirigentes del movimiento “un oncólogo para Magallanes” y que resume un sentimiento que se repite a lo largo del país, y que periódicamente explota con movilizaciones ante una situación de catástrofe, sean natural, económica o social, como la que actualmente vive Chiloé. “Lo que ocurre es que hay mucho discurso de descentralización, pero nunca se ha hecho nada concreto. Eso ha provocado que las regiones se hayan transformado en una olla a presión, porque el Gobierno o la elite central no quiere ceder poder”, dice Guillermo Pérez, investigador del área de descentralización de la Fundación Piensa, dando cuenta del retraso en la tramitación de los proyectos que sustentan la descentralización: elección de intendentes, traspaso de competencias hacia las regiones, y ley de rentas para financiarlas. “Lo que aquí se requiere son intendentes electos, que nos dejen decidir, así no los vamos a ir a molestar más a La Moneda”, precisó Fernando San Román, alcalde de Tocopilla, comunidad que clama por demandas históricas incumplidas (ver secundaria).
Para el senador Alejandro Guillier, presidente de la bancada regionalista, los movimiento sociales nacen porque la toma de decisiones se hace en Santiago. “Desde que las autoridades locales advierte un problema equis, lo remiten a Santiago, en Santiago es priorizado, y finalmente ahí se adoptan decisiones, estas llegan inevitablemente tarde, generando ineficiencia en la administración pública. Por lo tanto, la descentralización es una condición esencial para la buena gestión pública y mientras eso no se asuma, los conflictos sociales se van a seguir agudizando”.
El gobierno prometió reformar la administración del Estado, dotando -por primera vez- de una autoridad elegida por los propios habitantes a cada región, con mayores recursos económicos , atribuciones y poder de decisión para resolver sus problemáticas y conflictos. “Hoy la tasa de recambio de un intendente es de un año y un mes, por lo tanto no hay ningún plan de desarrollo que aguante ese ritmo de rotación”, agrega Pérez.
Sin embargo, el proyecto de ley para la elección popular de intendentes, clave en el proceso , sigue entrampado esta vez en el Ejecutivo, quien aún no envía un protocolo de acuerdo para definir el sistema de elección, poniendo en riesgo la promesa de Bachelet de contar con intendente electo en 2017. “Es urgente que la ciudadanía pueda elegir a quien entregue mejores soluciones a cada territorio, y no tener que ver la triste imagen de los intendentes designados mendigando recursos o que se decida desde La Moneda si se va o no en ayuda de una región a miles de kilómetros. Eso me resulta inaceptable, porque burocratiza muchas decisiones que afectan a miles de familias como en el caso de Chiloé”, señala Eduardo Mondaca, investigador del Centro de Estudios Sociales de Chiloé.
Avanzar hacia un Estado unitario, pero descentralizado, objetivo consensuado a nivel país a través del trabajo de la Comisión Asesora Presidencial para la Descentralización, es la forma para anticiparse y enfrentar de mejor manera las demandas ciudadanas. Por el contrario, el actual modelo centralista es visto como la fuente del descontento histórico, abandono y postergación que viven las regiones versus la capital nacional. “Chiloé da cuenta de un tema estructural que tiene que ver con el presidencialismo centralista que actúa como padre dador, pero cuando hay conflicto el Estado tiene que aguantarse y comprarse lo que creó. La Presidenta aún no envía la ley de rentas regionales (uno de los proyectos de la descentralización) y todos los recursos se manejan a nivel central”, señaló Esteban Valenzuela, ex presidente de la Comisión Asesora Presidencial para la Descentralización.
La promesa de campaña de la Presidenta es materia de descentralización, y especialmente la demora sobre la elección de intendentes es puesta en duda por Valenzuela: “Dicen que la están estudiando, cuando la verdad es que los partidos principales de la nueva Nueva Mayoría y RN quiere postergarla para el 2021. La Presidenta está en un dilema”. Agrega que en Chiloé, al igual que en el resto de las regiones, el traspaso de Corfo, Sercotec e Indap, como lo propuso la comisión, permitiría soluciones rápidas, efectivas y menos burocráticas para encontrar otras fuentes de recursos en emergencias así”.
En opinión de Heinrich von Baer, presidente de la Fundación Chile Descentralizado,”esto ya es la marea de las regiones, porque si bien las movilizaciones sociales son un fenómeno relativamente nuevo, han llegado para quedarse. Son gatilladas por demandas distintas pero dan cuenta de una misma sensación de abandono, de ninguneo, de poca escucha y de poca igualdad de trato entre la capital del reino y las regiones”. En su opinión, este exacerbado centralismo es incapaz de anticiparse y manejar las crisis “enviando delegados presidenciales, teniendo intendentes y gobernadores designados, que se deben al nivel central y no hacia sus comunidades”, puntualizó.
Fuente: La Tercera ( http://www.latercera.com/noticia/nacional/2016/05/680-680196-9-la-irrupcion-de-la-marea-regionalista.shtml )