Opinión
Las soluciones a los movimientos sociales
Estudio refleja la frustración de la población con las respuestas post marea roja y se preguntan si sirvió de algo…
En el marco de la inauguración del año académico del Doctorado de Ciencias Sociales y Estudios Territoriales de la Universidad de Los Lagos, se presentaron los resultados de un proyecto Fondecyt en torno a «Lo que los conflictos producen», del cual se puede concluir, que pese a las intensas demandas sociales de los movimientos, las soluciones o respuestas del Estado son más bien débiles o no representan lo que ellos hubiesen esperado.
La investigación responde a un catastro nacional de 101 conflictos en el periodo 2005-2014 y cuatro estudios de casos puntuales: San José de Maipo, Panguipulli, Huasco y Chiloé, asociado al conflicto por la marea roja en 2016.
Las cifras respecto de este último caso revelan que el 25% de la población dice haber participado de distintas maneras en las manifestaciones de 2016; lo que no es poco. Porque habla del grado de compromiso que tuvo la comunidad chilota con la causa; pero al mismo tiempo, se deja entrever la frustración que siente esa misma población con las soluciones post marea roja, que no se condicen -estiman- con el movimiento impulsado.
«Consideran que la oposición a las salmoneras se debió a su impacto contaminante y valoran positivamente el rol de los medios de comunicación y las organizaciones sociales durante el conflicto. Todas las demás instituciones quedaron al debe, menos de 50% de valoración positiva de su rol», comenta Gonzalo Delamaza, académico del Centro de Estudios del Desarrollo Regional, Ceder.
El estudio no profundiza en las causas de la escasa respuesta estatal, pero refleja una realidad, que las autoridades regionales o las empresas salmoneras, por ejemplo, deben tener en cuenta; porque evidencian una sensación ambiente que, perfectamente se podría extrapolar a futuros conflictos. Ahora si ahondamos en la razones, podríamos encontrar respuesta en el centralismo que sufrimos en todo ámbito, y que requiere una mirada regional distinta para hacer frente a este nuevo trato que necesariamente se debe dar, entre la autoridad y la ciudadanía, que está cada vez más empoderada y que requiere respuestas más de fondo y con sentido de realidad local, y no directrices estandarizadas, que intentan solucionar conflictos con el mismo modelo en Huasco que en Chiloé.
Fuente: Editorial de Diario El Llanquihue http://www.ellanquihue.cl/impresa/2018/04/25/full/cuerpo-principal/8/texto/