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MESAS, MESITAS Y MESONES: ¿DÓNDE SE DECIDE EL FUTURO DE LA DESCENTRALIZACIÓN?
Por Diego Portales, Director Ejecutivo Fundación Chile Descentralizado
Cuesta entender lo que ocurre con las reformas del proceso de descentralización. Aprobadas las leyes por contundente mayoría, parecía que el camino estaba pavimentado para ponerse a trabajar con dedicación y así preparar el cambio con el propósito de estar en las mejores condiciones a la hora que asuman sus cargos los gobernadores regionales electos.
La ley de “fortalecimiento de la regionalización” determinaba la necesidad de reglamentos. A poco andar el nuevo gobierno anunció que durante 2018 ellos estarían publicados, entregando incluso una carta Gantt al respecto. No se ha cumplido en los plazos comprometidos.
Con bastante atraso respecto del plazo legal (que la Ley fijó en 3 meses), el 14 de Febrero de 2019, se publicó el reglamento de “Zonas Rezagadas”. Recién en Mayo de 2019 ingresó a Contraloría el Reglamento para la autorización y revocación de Áreas Metropolitanas. El resto de la normativa, especialmente la Política Nacional de Ordenamiento Territorial (PNOT) que dará el marco general a los ordenamientos regionales respectivos, está pendiente.
En cambio, este período ha sido prolífico en intentos por desandar lo andado, revertir o postergar el proceso. Múltiples mensajes desde el mundo político y parlamentario y por parte de comisiones asesoras y centros de pensamiento capitalinos han advertido sobre los “riesgos catastróficos” que amenazan el país con este tímido inicio del proceso.
Lo nuevo del último mes (julio y agosto) es que ahora sí, parece, los actores principales comienzan a alinear su acción en lograr perfeccionamientos respecto de lo ya aprobado.
Lo nuevo, también, es que la Mesa de Trabajo a que ha convocado el gobierno, con participación de expertos seleccionados por él mismo y por partidos políticos de amplio espectro, comenzó a trabajar y está funcionando.
Las dudas sobre la efectividad del método surgen de la experiencia de la creación de 4 mesas de trabajo constituidas formalmente por el gobierno con expertos designados por las bancadas regionalistas (Capital humano, Ordenamiento territorial, Participación social y Financiamiento regional). Estas mesas funcionaron entre septiembre y Diciembre de 2018 y culminaron, parcialmente, con una entrega de conclusiones por parte de las, políticamente transversales, bancadas regionalistas. Sin embargo, el gobierno las dejó caer.
La nueva “Mesa” tiene 60 días para hacer propuestas de mejoras. En la primera sesión la mayoría de sus integrantes expresó su compromiso de colaborar en la tarea a condición de que se descartara de plano cualquier intento de postergar las elecciones. El resto mantuvo significativo silencio.
Pero, el ruido viene de otra “mesa”, la “Comisión Asesora Permanente para la Modernización del Estado”. Una, cuyos integrantes han sido designados unilateralmente por el Ejecutivo y que, si bien son personas destacadas en sus ámbitos de conocimiento, son todos capitalinos y solo un par de ellos han tenido dedicación a las reformas descentralizadoras.
Ya en enero de este año habían emitido un primer documento dirigido al presidente de la República, en el cual alertaban sobre lo que llamaron el peligro de “una fuente inagotable de conflictos para el futuro cercano entre los gobiernos regionales y el gobierno central”. Y eran particularmente críticos de la fecha de la elección argumentando sobre “un desacople temporal entre las elecciones regionales y las elecciones presidenciales y parlamentarias”. Ambos razonamientos confluyeron con iniciativas políticas paralelas destinadas a promover la postergación de las elecciones a gobernador regional.
A fines de Julio, el Consejo Asesor Permanente, respondiendo a requerimientos del presidente de la República, ha hecho nuevas sugerencias las cuales, dicen, “resulta conveniente… sean ejecutadas con anticipación al período electoral más próximo”. Esta vez no se insiste en el desacople, pero sí se reitera en que todo quede legislado antes de la instalación de los gobernadores regionales. Un temor excesivo al cambio y, a nuestro juicio, impracticable, ya que la naturaleza del proceso irá requiriendo ajustes a partir de la diversidad de experiencias.
Lo que esta coyuntura indica es que tiende a desaparecer la expectativa de algunos de postergar las elecciones. Frente a la potente manifestación de voluntad de una mayoría transversal de parlamentarios, nadie quiere tirar la primera piedra de una impopular e inviable postergación.
Por su parte, la ciudadanía de regiones espera que, esta vez, el trabajo culmine con seriedad. No repetir la mala experiencia de la primera convocatoria a cuatro mesas que se transformaron en “mesitas”. Pero, tampoco confundirla con instancias paralelas que se transforman en potenciales “mesones” donde se excluye a los parlamentarios que deberán legislar. Al menos la Mesa de Trabajo que coordina la SUBDERE intenta representar la opinión real de la diversidad política representada en el Parlamento y está conformada por varios expertos que son de regiones y han vivido de cerca el proceso de reformas pro – descentralización.
Paralelamente, el clima electoral en regiones ya comienza a elevarse. Empiezan a perfilarse candidatos a gobernadores regionales y algunos partidos políticos ya deliberan sobre sus opciones. Quienes antes entiendan que la democracia regional necesita profundizarse ahora, tendrá ventajas sobre aquellos que se han especializado en colocar una y otra exigencia para postergar el proceso en aras de una “descentralización perfecta”.