Opinión
No retrasemos la elección de gobiernos regionales: ¡hagamos la pega!
Por Alejandro Ferreiro
¿Se deben postergar las elecciones de gobernadores regionales? A la luz de las manifiestas insuficiencias de la
Ley 21.074, que enmarca el proceso de transferencias de competencias, y que deja más vacíos que respuestas,
algunos han propuesto retrasar dichas elecciones y hacerlas coincidir con las de carácter nacional a
celebrarse a fines del 2021.
No coincidimos con esa propuesta. No es obvio que la mera postergación reactive la voluntad de legislar de
quienes tienen en sus manos resolver estos vacíos. Además, existen buenas razones para evitar que las
elecciones con marcado carácter territorial coincidan con las de orden político nacional. Por eso, es mejor
mantener el calendario electoral que hoy rige: elecciones en octubre de 2020 para alcaldes, concejales y
gobernadores regionales; y a fines de 2021, para congresistas y Presidente de la República. Ello permitirá que
el próximo año el debate y propuestas se concentren en los desafíos particulares de los gobiernos
subnacionales, favoreciendo la descentralización del mismo discurso político y su sintonía con las
necesidades de cada territorio.
Así, más que a postergar elecciones, es preferible dedicar este año a los ajustes legislativos imprescindibles,
que a nuestro juicio debe incluir:
-Definición por ley de las competencias y servicios esenciales a transferir a los gobiernos regionales en los
ámbitos que la Constitución establece (ordenamiento territorial, fomento productivo y desarrollo social). La
ley deberá definir el plazo máximo en que dichas competencias serán transferidas, dejando que los gobiernos
regionales adelanten el proceso según sus capacidades. La definición legal de plazos máximos y ámbitos
precisos de competencias de los gobiernos regionales es esencial para generar horizontes ciertos a un proceso
que hoy nada garantiza y está totalmente entregado a la voluntad del Presidente.
-Regulación y transparencia en las transferencias de recursos a las regiones. A falta de capacidad de
endeudamiento y de generación de ingresos propios, los gobiernos regionales dependerán inicial y
exclusivamente de los recursos que transfiera el gobierno nacional. Para evitar arbitrariedades y sesgos
políticos, se deben precisar y objetivar más los criterios de asignación.
-Mecanismo de solución de controversias entre los distintos niveles de gobierno. Es necesario delimitar quién
resolverá los conflictos cuando un nivel de gobierno exceda su ámbito propio o se niegue a asumirlo. Soslayar
el punto equivale a reconocer que siempre prevalecerá la posición del gobierno central y son los tribunales
constitucionales los que en la experiencia internacional abordan estas tareas.
Por cierto, entre otros temas que esperan solución, está la definición de las condiciones de traspaso de los
funcionarios del gobierno nacional al ámbito regional, pero urge resolver, al menos, los temas enunciados
antes de las elecciones de gobernadores el 2020. Luego de eso, todo será más difícil: la carrera presidencial
estará desatada, el mapa político de los gobernadores electos condicionará las decisiones y, peor aún,
tendremos que corregir y curar lo que no supimos prevenir y anticipar.
Fuente: https://www.elmostrador.cl/destacado/2019/02/04/nos-retrasemos-eleccion-de-gobiernos-regionales-hagamos-la-pega/