Opinión
Oxigenar la política y descentralizar el poder: Dos claves para mejorar la democracia y desarrollar nuestros territorios
Por Mario Rozas Poblete
Presidente Regional Araucanía Fundación Chile Descentralizado.
Hoy vivimos en un complejo escenario de legitimidad de las instituciones públicas, especialmente las vinculadas al ámbito político. Los ciudadanos y ciudadanas no se sienten parte de este sistema político que pareciera estar lejano y añejo en relación a las nuevas necesidades y demandas de la gente. Este desgaste del sistema está poniendo en serio riesgo la estabilidad futura de nuestra democracia, por lo cual es vital apostar por una transformación que lo renueve y acerque más a la ciudadanía.
Durante los últimos días, con la promulgación de la ley que limita la reelección de autoridades hemos visto paradójicamente como se busca mantener el estatus quo del sistema, contrariamente al espíritu que representan estos avances legislativos, mediante discursos en que los mismos de siempre tratan de encontrar las formas de impedir que el sistema se oxigene y aparezcan los tan necesarios nuevos liderazgos para el desarrollo de las comunas y regiones de nuestro país. Es aquí donde aparecen las conocidas prácticas de los “acomodos y las sillas musicales”, prácticas que no pasan desapercibidas y que contravienen lo esperado por la ciudadanía.
Curiosamente, la misma resistencia al cambio sucede cuando hablamos de descentralizar el poder, las competencias y los recursos para el desarrollo territorial. En momentos como los actuales, donde ha quedado clara la importancia que poseen las municipalidades y los gobiernos regionales para dar solución a las urgencias de la ciudadanía, son precisamente los mismos de siempre quienes buscan impedir que se concreten estos avances y que podamos gozar de una democracia más sana, renovada y con una distribución del poder más equilibrado y cercano a la gente.
Sin duda que oxigenar el sistema político y distribuir de mejor manera el poder son condiciones que van de la mano para una mejor democracia y un mejor desarrollo territorial. El límite a las eternas reelecciones de las autoridades, junto a la elección de los gobernadores regionales van a contribuir a que sean diversos los actores que representen a la ciudadanía, y con ello podamos pensar en un nuevo sistema donde el sistema vuelva a sintonizar con la gente y las necesidades de los territorios.