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SEPTIEMBRE: SE VIENEN LAS CANDIDATURAS A GOBERNADOR REGIONAL… Y LOS PROGRAMAS.
Por Diego Portales, Director Ejecutivo Fundación Chile Descentralizado
Entre julio y agosto se desvaneció la ilusión del centralismo que quería postergar todo.
¿De quién hablamos cuando hablamos de centralismo? El centralismo, como corriente cultural en nuestro país, se inició en la Colonia con la reforma borbónica, cuando se reorganizó el Imperio Español y se crearon las intendencias regionales, los “funcionarios leales al Rey” (antes de eso los encomenderos hacían y deshacían en un mal modelo de descentralización). Sabemos que el centralismo se afirmó fuerte en los albores de la República y eso ha durado hasta ahora impregnando toda nuestra cultura.
Pero, aquí no hablamos de ese centralismo cultural que nos acompañará por un buen rato, sino del centralismo como fuerza política que ha querido impedir la descentralización. Ese que ve en la elección de gobernador regional un “salto al vacío” y que por intereses inconfesables o por miedo al cambio ha intentado mil veces parar el proceso.
Frente a ese centralismo, finalmente, se ha impuesto cumplir con el consenso legislativo de 2016 – 2018 que aprobó la Reforma Constitucional y las Leyes Orgánicas Constitucionales de descentralización vigentes. Como ha señalado el líder de la Bancada Regionalista en el Senado, Alejandro Guillier: “Hoy debemos tener un compromiso con la descentralización similar al que tuvimos con la transición a la democracia. Nada garantizaba el éxito del proceso, pero el futuro del país dependía de emprender la tarea… Partidos políticos, sociedad civil, gremios y opinión pública continuaremos apropiándonos de este cambio institucional. Es un principio, no un final. Lo bueno, es que no tiene vuelta atrás”.
Por eso, desde septiembre, han aparecido en la escena las candidaturas a gobernador regional.
Por un lado, con mayor fuerza y visibilidad, las del oficialismo. Ya queda un mes para que los que están en cargos públicos renuncien y así poder presentarse. Por el otro, con la dispersión propia de sus tiempos actuales, las de la oposición. Bienvenidas todas ellas.
Las leyes aprobadas tienen varias cosas positivas; una de ellas es que establece la obligación, para todas las precandidaturas y candidaturas, de inscribir un programa en el Servicio Electoral (SERVEL). Sin ese requisito la postulación queda anulada. Al aprobar esta norma (artículo 84 de la Ley 21.073) el legislador está subrayando que el cargo tiene como misión gobernar el territorio. Se inscriben programas de gobierno para que la ciudadanía opte por quienes presentan propuestas mejores o más convincentes y para cumplirlos. Como su nombre lo indica el “gobierno regional” es para gobernar el territorio y el programa de la persona elegida será la carta de navegación del cuatrienio. Es más, la ley establece que la autoridad regional puede ser reelecta una vez; también, el programa será entonces la vara con que se mida su desempeño.
En este contexto, la Fundación Chile Descentralizado… Desarrollado ha iniciado una nueva etapa de su tarea. Nuestra misión es contribuir a una buena descentralización, aquella que permita el desarrollo equitativo y sustentable de todos los territorios, palanca fundamental para relanzar el desarrollo del país. Un paso importante, en esta perspectiva será elaborar y llevar a cabo programas de gobierno con calidad y pertinencia.
Pensar, diseñar, discutir, generar los consensos, conocer las discrepancias, establecer prioridades, escribir y difundir a la ciudadanía las distintas propuestas es construir una política democrática de excelencia. Las regiones de Chile pueden y deben aprovechar esta oportunidad histórica. Los profetas del descalabro no se imaginan la potencia que puede tener esta tarea. La esperanza de los alejados del poder puede crecer. El entusiasmo de nuevos liderazgos que contagien a la sociedad puede emerger.
Esa es la épica que inspira a los “Diálogos Programáticos Regionales”. Una iniciativa que ya han experimentado tres regiones del país: Araucanía, Maule y Ñuble. En ellas se han reunido dirigentes políticos y sociales, académicos y expertos, empresarios y trabajadores, estudiantes y gente de la tercera edad, mujeres y hombres interesados en ser protagonistas de este futuro.
Esta iniciativa comenzó en Temuco. Junto a la Universidad de la Frontera y los Consejos de la Sociedad Civil (Chile – COSOC) se llevó a cabo el primer encuentro. Particularmente inspiradoras fueron las palabras del Administrador Regional Sergio Núñez quien, en representación del Intendente Regional Jorge Atton, expresó una idea central de este proceso; dijo:
“¿Cuál es el desafío que tienen en el corto y mediano plazo los gobiernos regionales?… Responder al cómo transitar desde un gobierno regional (concebido) como un servicio público que opera como una entidad financiera, que presta para proyectos regionales de inversión o bien como un mero financista para implementar políticas diseñadas en los ministerios a nivel central a través de transferencias; a, un gobierno regional como actor principal encargado de una nueva gobernanza regional que diseña, genera y aprueba sus propias políticas públicas regionales”.
Los foros programáticos y los paneles de expertos han dado cuenta de una rica diversidad de aportes a esta perspectiva. La participación de las Universidades Regionales (Universidad de la Frontera, Católica del Maule, de Talca, Del Bio Bío y de Concepción), de los Capítulos Regionales de la Fundación, de los Consejos de la Sociedad Civil, de autoridades y funcionarios públicos, parlamentarios, consejeros regionales, alcaldes y concejales y dirigentes políticos y gremiales; más la contribución especializada de las Direcciones Regionales del INE, de la Fundación de Superación de la Pobreza y del PNUD suman visiones, datos y análisis relevantes para la elaboración de los programas en cada región.
En esta línea, el aporte del libro “Desarrollo Territorial Colaborativo. Descentralizando Poder, Competencias y Recursos” producido por la Fundación, con la participación de más de 50 autores de todo el espectro político y de diversas especialidades académicas y profesionales, es una contribución relevante que enriquece el debate como parte de una estimulante dinámica creativa y participativa dentro de este proceso inédito en la política y la sociedad chilena.